Miley Cirus, Lindsay Lohan, Selena Gomes, Demi Lovato, Justin Bieber, Britney Spears y Cristina Aguilera conforman una selección de artistas de renombre, adorados por los adolescentes que desean ser como ellos.
Sin embargo, esta selección de personalidades tiene algo en común que va más allá de la música y la popularidad: todos tienen, o tuvieron, problemas con los vicios.
Miley Cirus prendió un cigarrillo de marihuana en la entrega de los MTV Music Awards. Demi Lovato confesó en una entrevista que no podía estar ni media hora sin consumir aunque sea unos gramos de cocaína. Lindsay Lohan también fue víctima de la cocaína, al punto de tener problemas con la ley y encontrarse internada en un centro de rehabilitación por recomendación de la justicia norteamericana.
La historia más dura, quizás sea la de Selena Gomes, que acusó a su expareja y también estrella juvenil, Justin Bieber, de haberla introducido en el mundo de las sustancias ilegales. Selena también se encuentra en un centro asistencial luchando por dejar las drogas.
Algunas lograron salir, como Britney Spears o Cristina Aguilera, pero ¿quién puede olvidarse de las imágenes que mostraban a una Britney completamente rapada, producto de su consumo desenfrenado de estupefacientes?
El nivel de exposición mediática de estos personajes los convierte en pésimas influencias para los más jóvenes, que, en el afán de parecerse a sus ídolos, los imitan en todo. “Por vender sus productos estos jóvenes artistas intentaran llamar la atención como sea, incluso manifestando que las drogas son algo ‘cool’. Lo más difícil es llegar a la chica o el chico que ve, con su revolucionaria edad, una actitud que para ellos es necesario imitar” señaló Silvina Arias psicóloga de la UBA, al diario El Día.
Todo estaba mal y empeoraba aún más
El simple hecho de ir a la iglesia no sirve de nada si uno no está dispuesto a cambiar, Julio lo sabe muy bien, a los 8 comenzó a ir a las reuniones, pero aun así intentó suicidarse a los 9 años. Creció y se volvió agresivo, varias veces lo invitaron a la FJU de San Juan pero siempre decía que no. “Cuando fui a la FJU, me relacionaba con las chicas, pero no les hacía bien. Intenté buscar a Dios, hasta que me involucré con una chica y poco a poco fui enfriándome en la fe hasta que me fui de la iglesia. Me sumergí en los vicios de alcohol, cigarrillo y prostitución. Mi único objetivo era hacer sufrir mujeres, pero quien más sufría era yo”, recuerda.
Julio tuvo una oportunidad más para buscar a Dios y volvió a participar de la FJU. “Reconocí que solo Dios podía transformar mi vida y todo cambió. Ahora ayudo a otros jóvenes que están en la misma situación que yo pasé”.
Sea libre de los vicios, participe de una reunión este domingo a las 15hs, en Av. Corrientes 4070 – Almagro.