Esto que vamos a leer es para que tengamos cuidado con nuestra fe, con nuestra salvación, preste mucha atención porque, si usted escucha y entiende, su fe es fortalecida.
“Mucho me alegré al encontrar algunos de tus hijos andando en la verdad, tal como hemos recibido mandamiento del Padre”. 2 Juan 1:4
Es una alegría para nosotros ver a una persona que está andando en la verdad, que es la verdad. Jesús es la Verdad y es el Verbo. Por eso el apóstol Juan dijo que se alegraba.
“Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros”. 2 Juan 1:4-5
“Amaos unos a los otros”, ¿y qué es amarse unos a los otros?
“Y este es el amor: que andemos conforme a Sus mandamientos. Este es el mandamiento tal como lo habéis oído desde el principio, para que andéis en Él”. 2 Juan 1:4-6
El amor es cuando estamos obedeciendo a Dios, cumpliendo Sus mandamientos, estamos en la misma fe. Mientras andamos conforme a la Palabra de Dios nos amamos porque Le estamos obedeciendo a Él. Si la otra persona o yo nos desviamos y uno de los dos va a vivir en el pecado nos alejaremos.
El amor es mientras estamos en los Mandamientos de Dios, en la obediencia a Su Palabra si uno de los dos se desvía no habrá esa amistad, ese amor. Y si la persona se desvía es por su culpa, por haber hecho algo incorrecto.
“Pues muchos engañadores han salido al mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo”. 2 Juan 1:4-7
Es aquel que antes estaba hablando de la fe y ahora habla mal de la Obra. El anticristo es aquel que se opone, que está contra todo lo que es de Cristo.
“Tened cuidado para que no perdáis lo que hemos logrado, sino que recibáis abundante recompensa”. 2 Juan 1:4-8
Lo que Juan dice es que tengamos cuidado porque luchamos mucho para tener la Salvación y si seguimos estando con alguien que se desvió, va a terminar desviándonos. Claro que esto no es para aquel que se desvió y se arrepintió y fue perdonado, porque ese está de vuelta en la fe, Juan habla de los que se desvían, critican y se oponen al Mesías.
“Todo el que se desvía y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza tiene tanto al Padre como al Hijo”. 2 Juan 1:4-9
Si la persona se desvía no tiene más a Dios, ¿cómo voy a juntarme con alguien que no tiene a Dios? El secreto está en permanecer obedeciendo a la Palabra de Dios, estar en la enseñanza de Cristo y entonces tener al Padre y al Hijo.
“Si alguno viene a vosotros y no trae esta enseñanza, no lo recibáis en casa, ni lo saludéis…”
Si alguien que se desvió toca a su puerta no lo reciba, no le abra, porque va a intentar que su fe se desvíe también.
… pues el que lo saluda participa en sus malas obras”. 2 Juan 1:10-11
Esto es muy fuerte. Imagínese a dos que estaban juntos en la fe y uno se desvía. Ya ni se saludan, porque quien se desvía pasa a estar en otra cosa.
Hay mucha gente que recibe a los que se desvían en su casa a través de internet, y escucha los mensajes de los que se desviaron y ahora entran en sus casas de forma virtual. No permita que estas personas entren en su casa. Antiguamente debían tocar a la puerta, hoy entran por internet. La persona deja de tener comunión con Dios para escuchar a los que se desviaron.
Ahora usted entiende por qué es indispensable que usted tenga el Espíritu Santo para que tenga discernimiento de estas cosas. Hay personas que servían a Dios y se volvieron en contra de Su Obra.
Cuidado con su Salvación, que es lo más precioso que usted tiene.
Piense en eso.
Dios le bendiga.