Bernadete –Mi esposo ha actuado como un hombre soltero después de 18 años de casados. Él dice que quiere tener más libertad. Una persona me dijo que él está pasando por la “edad del lobo”, que surge desde los 40 a los 50 años en el hombre. ¿Eso es verdad? ¿Existe realmente la “edad del lobo”?
Renato – Aparentemente sí, pero no todos pasan por eso. Por lo general, en esta edad, el hombre quiere volver a su juventud. A veces, él empieza a ir al gimnasio y a cuidarse más. Podemos tener en mente esa típica imagen de un hombre calvo manejando un automóvil convertible rojo, con el poco cabello que le queda (risas).
Cristiane – No hay necesidad de entrar a esa “edad del lobo”, porque esa fase es peligrosa, pero vemos a muchos hombres casados hace muchos años, que pasan por eso. Incluso llegan a dejar a sus esposas para estar con una mujer más joven. ¿Por qué él hace esto? Porque quiere sentirse joven de nuevo. El hombre queda tan fascinado por su apariencia, por las cosas del pasado, que comienza a perder sus principios, olvida a su familia, a su esposa, lo que realmente importa. Se va envaneciendo tanto que su esposa no sabe cómo enfrentar eso.
Renato – Es en ese momento que la mujer tiene que prestar atención, porque el hombre que está en esa edad de la búsqueda de la juventud, necesita a una esposa que no lo deje sentir esa falta. Él necesita tener a una esposa que lo admire cada vez más, que no se acomode dentro del matrimonio debido a la rutina de casados. No puede acomodarse y olvidar que, por encima de madre, ella es esposa, mujer, amante y que tiene un marido que necesita ese apoyo. Debe mantenerse siendo una mujer interesante, hacer que él se sienta el macho alfa de su vida. Él necesita esa reafirmación de parte de su mujer. Si no viene de su parte, la tentación de buscar eso afuera es muy grande. No estoy diciendo que eso justifique ese hecho, pero es algo que influye en la cabeza de muchos hombres.
Cristiane –Me quedo pensando, ¿cuántas son las mujeres casadas que se detienen en el tiempo? Esto es importante para usted, Bernadete, y para todas las mujeres: nunca deje de actualizarse. A veces, usted está con el mismo corte de cabello de hace años, parece haber salido de una película de 1910, en blanco y negro. Se queda en su rincón, creyéndose vieja, murmurando que es madre, que tiene que trabajar y cuidar la casa, que su marido no la ayuda, etc. Usted se queja tanto que su marido la mira y termina viendo en usted a una persona desagradable.
Renato – Y peor aún es que a eso se le suma el hecho de que, en su trabajo, las mujeres siempre están bien presentables, perfumadas, bonitas y tienen una conversación interesante. No estamos diciendo que eso sea correcto que la culpa de una traición es de la mujer. Solo estamos señalando los errores que tanto las mujeres como los hombres pueden cometer por no prestarle atención a la relación, entre sí y en sí mismos. En resumen: la “edad del lobo” existe, es cuando el hombre trata de rescatar su juventud, su masculinidad, y, si él no encuentra eso dentro de su propia casa, la tentación de buscar eso afuera es muy grande. ¿Él está equivocado? Sí, lo está, pero es algo de la naturaleza humana. Lo mismo puede sucederle a la mujer, y se denomina la “edad de la loba”. Esto le ocurre mucho a la mujer que, por ejemplo, se casa con un hombre mucho más grande. Ahora que ella está en el auge de su madurez y aún es una mujer atractiva, su marido ya está en otra fase. Él está pensando en la jubilación y ya no tiene el mismo vigor de antes. Al principio, ella era muy joven y su marido, siendo más grande, hacía que ella se sintiera una mujer madura. Hoy, siendo una mujer madura y su marido mucho más grande, termina queriendo a un hombre que la haga sentir más joven. Sé que la relación entre el hombre y la mujer es complicada, pero nuestro consejo para usted, Bernadete, es que entienda que ese cambio no es necesariamente una falta de carácter de su marido. Muchos hombres pasan por eso. Una de las cosas que usted puede hacer es mantenerse siendo interesante o volver a ser interesante para él. Debe expresar verbalmente sus elogios, las cosas que admira en él, ya sea su trabajo, su apariencia, en fin, estar junto a él, para que su esposo pueda ver en usted la mujer que él necesita. Él tiene que ver en usted las dos cosas; no solo una mujer bonita, sino también una mujer madura, madre de sus hijos, compañera y que él no querrá perder por una aventura.
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