¿Usted se acuerda del último libro que leyó? ¿Recuerda el tema sobre el que habló con alguien antes de leer esta nota? Estas pueden ser preguntas simples y fácilmente respondidas por algunas personas. Pero no dude que existen aquellas que ni siquiera se acuerdan del color de la ropa que usaron ayer, o del compromiso que marcaron para esta noche. ¿Usted forma parte del equipo de los distraídos o sabe utilizar la memoria a su favor? Para comenzar, concéntrese en esta lectura.
Para prestarle atención a algo es necesario enfocarse en un determinado estímulo o actividad, para concentrarse en lo que realmente quiere. Para esto, usted no debe distraerse delante de los otros estímulos. ¿Parece fácil? No lo es.
En medio de un torbellino de información bombardeando todos los días en todas partes, ya sea a través de los medios de comunicación, internet y redes sociales, no es raro pensar que la capacidad de concentración de las personas pueda alterarse. El ruido intenso y el uso frecuente de los Smartphones son distracciones que también contribuyen al aumento de la falta de atención. Sin contar la gran cantidad de actividades y funciones exigidas por la sociedad actual. Este exceso genera preocupación y prisa. Un plato lleno de distracción.
Situaciones traumáticas, estrés e incluso cansancio también pueden colaborar con las fallas en la memoria. La gran cantidad de actividades también pueden comprometer el rendimiento y perjudicar los resultados. ¿Olvidó la consulta marcada o no sabe dónde estacionó el auto? Tal vez sea el momento de rever su ritmo y buscar estrategias para mantenerse enfocado.
Fue lo que hizo el publicitario Demétryus Silva, de 20 años, después de pasar por varias situaciones de falta de memoria. Él no se perdió un compromiso, sino que hizo algo más inusual. Después de la muerte de una compañera de los tiempos de la escuela. Demétryus fue al velorio para despedirse de su amiga. “Llegué, vi algunas personas entrando y decidí seguirlos. No reconocí a nadie. Aun así, me quedé dos horas en el lugar. Muchas personas estaban llorando, me quedé triste por la pérdida.”
Al día siguiente algunos amigos lo llamaron y le preguntaron el motivo por el cual él no había ido al entierro. “Fue entonces que descubrí que había ido al funeral equivocado”, cuenta.
¿Concentración constante? El garantiza que está aprendiendo a lidiar con eso.
En la oficina, la computadora está repleta de “post it” (papelito adhesivo para notas), para que no pierda los compromisos ni se olvide de las actividades. “Si yo no hago esto, no logro acordarme, porque me distraigo fácilmente con otras cosas. En casa el celular me ayuda mucho. Organizo las alarmas y los recordatorios para que suenen en el momento de realizar algo. Mi madre me recomendó utilizar una agenda, me ayuda mucho, porque registro todo lo que hago o tengo que hacer.”
Cuando esta dificultad de concentración persiste, puede indicar alguna disfunción en el organismo. Entre los problemas que están relacionados a este exceso de distracción están la depresión, la ansiedad y el déficit de atención.
Origen
Un estudio realizado por los psicólogos Matthew Killigsworth y Daniel Gilber, de la Universidad de Harvard, demuestra que las personas que se dispersan con facilidad son menos felices que aquellas que logran concentrarse en las tareas. Por eso es importante identificar si la falta de atención se debe a algún trastorno o consecuencia del ajetreo cotidiano. Si fuere un problema de salud, busque ayuda.
Si es algo temporal, es necesario que se esfuerce para que se mantenga enfocado y permanezca atento a lo que sucede a su alrededor. Reconozca lo que es la prioridad y considere solo lo que es importante para usted en aquel momento. Realice una prueba, ¿tendrá la capacidad de recordar cuál fue la primera pregunta hecha al comienzo de esta nota? Si no lo logra, esto es una señal que necesita concentrarse un poco más, ¿Qué tal si comienza a partir de ahora?
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