Rihanna, las Kardashians, Beyoncé, Niki Minaj y muchas otras famosas internacionales o nacionales, tienen un verdadero océano de fans y seguidores que las imitan en casi todo. ¿Casi todo? ¡Sí, casi!
Y es justamente ese “casi” que da una cierta seguridad en muchas mujeres que se dicen cristianas, a la hora de afirmar que sólo le gustan la música de ellas, o les gusta el estilo, pero que no apoyan lo que hacen o dicen, que una cosa no tiene nada que ver con la otra …
¿De verdad?
Usted debe haber conocido a algún hombre que su padre fue alcohólico y lo amaba mucho, pero afirmaba odiar la bebida y todo lo que ella causaba, pero cuando adulto, sin darse cuenta, comenzó a hacer lo mismo que el padre hacía. ¿Cómo puede ser? Es justamente ese el efecto que su celebridad predilecta ha causado en usted, a través de su subconsciente: gestos, frases, vestuario, gustos, dietas, opiniones, estilo de vida e incluso fe. ¿Me va a decir que nunca se dio cuenta que usted estaba imitando la misma manera de hablar de ese famoso? ¿O buscando una ropa o accesorio que usted la vio usar? Nunca suspiró y pensó: ¡Ah si al menos tuviera la mitad de esa belleza! ¿Nunca hizo una dieta que supo que ella hizo?
Todas las influencias que recibimos a través de las celebridades culminarán en algo malo, pero la peor de todas es la influencia del pensamiento. Esa famosa a la que admiras tiene el poder de inyectar pensamientos en usted, una entrevista en la que él o ella afirma algo y listo, usted ya comenzará a pensar en eso, y ese pensamiento pasará a ser suyo tambien, en un abrir y cerrar de ojos.
En primer lugar, disfruta de las canciones y trabajos de esas personas, después quieres saber más sobre ella, y cuando se da cuenta ya sigue todas sus redes sociales, conoce la letra de todas las canciones, pero el “golpe” final es cuando esa tal celebridad tan “guay”, con la que usted tanto se identifica (cuando tiene la misma etnia), empieza a hablar de Dios, amor y acogida del ser humano, listo, era todo lo que usted quería. Una celebridad bonita, buena en lo que hace, moderna, que en algunos casos tiene el mismo color de piel que usted, hablando de cosas que usted también habla y cree. ¡Wow! Ella es incluso D +, y además habla de Dios y va a una iglesia … (o hasta compró una) …
Es en ese momento que usted comienza a seguir a esa persona casi como un “dios / diosa”, y no le importa nada más, ni siquiera las letras diabólicas que incitan al sexo, drogas, violencia o incluso falta de reverencia a las cosas sagradas para los que se dicen “cristianos”. Usted la admira, ella te inspira y listo, ¿qué pecado hay en eso? Observe atentamente lo que la palabra de Dios habla a este respecto:
“Y muchos seguirán sus disoluciones, por las cuales será blasfemado el camino de la verdad.” 2 Pedro 2: 2
Estamos viviendo los últimos tiempos, o seguimos al Dios Altísimo y toda su disciplina, o terminaremos perdiéndonos del camino de la Verdad por las influencias de este mundo y sus celebridades, casi “diosas” para muchos.
Nunca olvides eso: ¡Todo ser humano es usado por un señor o Señor, es siervo de Dios o del mal!
¿Esa cantante / actriz que usted tanto sigue, admira e imita es sierva de quién?