“Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en Él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. Entonces vinieron los samaritanos a Él y Le rogaron que Se quedase con ellos; y Se quedó allí dos días. Y creyeron muchos más por la Palabra de Él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente Este es el Salvador del mundo, el Cristo.” Juan 4:39-42
Este texto prueba que, realmente, el testimonio es bueno para despertar la fe de la persona, pero ella no puede fundamentar su fe en el testimonio de los demás, sino en la Palabra de Dios.
Por eso, tenemos que invertir en la Palabra, pues es ella la que le dará a la persona la capacidad de resistir al diablo.
Los samaritanos fueron a JESÚS por el testimonio de la mujer, ¡pero creyeron en ÉL y permanecieron, por causa de la PALABRA!