Es impresionante la diferencia que la salud y el bienestar de la Fe producen en la vida de las personas, pues, dependiendo del estado en el que se encuentran, podemos ver a algunas moviendo montañas y a otras siendo arrastradas al abismo de las derrotas y de la destrucción, por brisas muy suaves.
Y eso sucede en cualquier lugar, inclusive en el ambiente de la iglesia del Señor Jesús. Siempre vamos a poder ver los síntomas de estos dos estados de Fe: la saludable y la enferma.
La fe sana torna cosas mortales en cosas posibles, y la enferma hace lo contrario, torna la calma en tempestad, en algo grave, y lo reversible en un caso perdido.
La saludable reduce a nada las cosas más graves y la enferma aumenta las cosas más simples y menos amenazantes. Tenemos dos ejemplos bíblicos para eso.
En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte.Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: el SEÑOR dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró al SEÑOR y dijo: Te ruego, oh SEÑOR, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de Ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que Te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro. Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra del SEÑOR a Isaías, diciendo: Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de Mi pueblo: Así dice el SEÑOR, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que Yo te sano; al tercer día subirás a la casa del SEÑOR. Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a Mí mismo, y por amor a David Mi siervo. 2 Reyes 20:1-6
En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó al SEÑOR, sino a los médicos. Y durmió Asa con sus padres, y murió en el año cuarenta y uno de su reinado. 2 Crónicas 16:12-13
¿Vieron la diferencia?
La enfermedad de Ezequías era mortal y la de Asa era grave, ¡pero reversible!
Lo que determinó que Ezequías viviese quince años más y que Asa muriese con una enfermedad en los pies fue la salud de la Fe de cada uno de ellos, pues, la “Fe sana” de Ezequías no lo dejó perder su dependencia para con Dios, y la “Fe enferma” de Asa lo empujó a los brazos del hombre, ¡ya que confió más en los médicos que en Dios!
Amigo(a), ¿cómo está la salud de su Fe?
¡Que Dios los bendiga grandiosamente!