Aldana era pobre espiritualmente, pero Dios la escogió para ser rica.
A raíz de un abuso sufrido cuando era más joven, pasó por diferentes problemas espirituales como insomnio, complejo de inferioridad, depresión, soledad e incluso llegó a querer quitarse la vida. Vea cómo su vida cambió al participar los domingos: