Existen muchos hombres como Gedeón por ahí. Son los que se esconden porque piensan que no son capaces de realizar algo grandioso; un empleado que no se siente capaz de llegar a ser jefe; un padre de familia que piensa que no sabe educar a sus hijos; o un esposo que no cumple el rol de hombre ante su esposa.
Gedeón tenía la autoestima baja (Jueces 6:15), no se sentía lo suficientemente fuerte y valiente lo suficiente para liberar a los israelitas de los madianitas. Pero Dios envía a un ángel para llenarlo de valor (Jueces 6:16). En ese momento, Él estaba mostrandole a Gedeón su potencial, aún con su miedo latente.
Eso demuestra que los grandes desafíos están siempre unidos al miedo de no lograrlo, de equivocarse, de salir de la comodidad, de la rutina que usted ya conoce. Es ir más allá, quiere decir arriesgarse.
Dios le garantizó a Gedeón que él no moriría (Jueces 6:23). Era solamente cuestión de traspasar sus barreras personales, tomar una decisión y seguir adelante. Ya existía una victoria.
Gedeón obedeció a Dios (Jueces 6:25-27), y Él le pidió derrumbar el altar de Baal (un dios pagano), lo que atrajo a los madianitas hacia él. Aún teniendo esta primera actitud de obediencia, Gedeón aún se sentía inseguro y pidió señales para tener seguridad que él liberaría a Israel (Jueces 6:36-40). Y Dios le respondió.
Inseguridad
Algunas veces necesitamos tomar decisiones y no sabemos si estamos actuando de manera correcta. El hecho es que el ser humano de por sí es inseguro. Cuántas oportunidades perdemos por el simple hecho de no dar el primer paso en dirección a algo nuevo, aún teniendo una garantía financiera, como el empleo que siempre esperamos. Gedeón era inseguro, pero estaba dispuesto a hacer lo que Dios le ordenara.
Y más allá de traspasar sus límites, Gedeón tuvo que confiar más en Dios, cuando le dijo que no serían todos los hombres de su ejército quienes lucharían a su lado. Dios quería probar su obediencia y coraje al mostrarle que apenas serían 300 los guerreros que estarían con él (Jueces 7:1-7). Dios hizo eso para que el pueblo no se gloriara en sí mismo, y menospreciara Su Poder.
Es necesario ser un Gedeón en los días de hoy. Enfrentar los problemas en casa, en el trabajo, con el banco que no para de llamar, a la hipocresía de las personas alrededor. El coraje es primordial para los que quieren sobrevivir al mundo, pero la obediencia es vital para quien quiere tener paz y novedad de vida.