Una encuesta reveló la mirada de los altos ejecutivos de las empresas sobre cuáles son los intereses, motivaciones, temores y expectativas.
¿Qué valores de las corporaciones se quebraron? ¿Qué tipo de compañías prefieren para trabajar? Una reciente encuesta reveló la mirada de los empresarios sobre los valores de la generación joven y cuáles son sus intereses, motivaciones, temores y expectativas respecto de la sociedad argentina y su futuro.
Según el sondeo de PricewaterhouseCoopers (PwC) el 44% de los encuestados respondió que la generación actual de jóvenes posee “una mayor apertura a la diversidad, a lo nuevo o lo distinto” y que, claramente, “operan con menos prejuicios que la generación anterior a ellos”.
En un segundo orden de importancia, los empresarios locales caracterizan a la juventud como “muy individualista y con menor compromiso social y político” (38%) pero “con la audacia suficiente para cuestionar los viejos mandatos sociales” (38 por ciento).
Consultado al respecto, Javier Casas Rúa, socio de PwC, destacó que el vuelco de los jóvenes hacia una visión de futuro totalmente individualista se debe, en parte, a que saben que para progresar y crecer dependen de ellos mismos.
“Estas conductas son muy diferentes a las de la Generación X pero sobre todo a las de los Baby boomers, que estaban más enfocados en las relaciones colectivas”, señaló el ejecutivo en diálogo con iProfesional.com.
En su opinión, hoy los jóvenes se comprometen con objetivos cercanos y por los que se interesan personalmente y no con cuestiones más amplias relacionadas a la política, de la que, por el contrario, sienten un fuerte descreimiento.
“Ahí resurge el compromiso bajo una forma diferente, que es un núcleo más cercano con objetivos concretos, por ejemplo, el interés de trabajar para una determinada ONG para un fin específico en la comunidad, ya que sobrevive un lazo emocional”, señaló.
Según el relevamiento, en una tercera ubicación figura una “mayor capacidad de disfrute del tiempo presente” (37%) y una “relativización del valor del sacrificio como manera de alcanzar los objetivos” (37%), características que son complementarias y consecuentes entre sí y que marcan un rasgo distintivo de la juventud actual.
Casas Rúa justificó este punto al expresar que “un escenario de incertidumbre sobre el futuro, hace que haya un culto al disfrute del hoy”. Y añadió: “La capacidad de adaptación al cambio y la flexibilidad por parte de los jóvenes son aspectos relevantes.”
No obstante, diferenció que la posibilidad de vivir el hoy cambia de acuerdo a la clase social a la que pertenezcan los jóvenes.Para el socio de PwC, “los que están más acomodados se pueden dar el lujo de hacer lo que les gusta, de dejar trabajos, de viajar y proyectarse, pero cuando hay restricciones económicas, hay un estado más de desilusión y para ellos el disfrute del hoy no es tan así.”
Los jóvenes y el trabajo
La muestra incluyó a 90 empresarios y ejecutivos, cuya mayoría trabaja en los departamentos financieros u ocupa lugares de decisión en el directorio de las compañías.
Respecto de la relación de los jóvenes con el mundo del trabajo, los empresarios los observan como “muy cambiantes y poco comprometidos con las compañías en el largo plazo” (39%) y “sin una perspectiva clara de su desarrollo y futuro como profesionales” (26 por ciento).
Estas dos definiciones están en línea con la perspectiva de la relativización del sacrificio y del menor compromiso social de la pregunta anterior.
De hecho, esta variable tiene como consecuencia el tercero de los puntos que los directivos destacaron en este ámbito: “Los jóvenes muestran adherencia a las empresas que ofrecen flexibilidad, proyectos innovadores y valores éticos” (19 por ciento).
“Históricamente, los valores tradicionales en una corporación pasaban por la posibilidad de reunirse con una elite tradicional, el profesionalismo, la eficacia, la competitividad. Pero estos se quebraron. Para los jóvenes de hoy, ya no son prioritarios”, enfatizó Casas Rúa.
En cambio, de acuerdo al informe de PwC, la nueva generación está más del lado de valores como la creatividad, la sensibilidad, el trabajo en quipo, la flexibilidad y la conciliación de las empresas.
Para el socio de la consultora, “una vez alcanzado un determinado nivel de calidad de vida, los chicos buscan un marco estable y un equilibrio en sus asustos personales y el trabajo. No pretenden hacerse millonarios. Además, priorizan la posibilidad de emplearse en compañías que revaloricen el cuidado del medio ambiente y que tengan responsabilidad social.”
A su vez, los jóvenes buscan ambientes de trabajos abiertos, horizontales, creativos, y en los que las estructuras jerárquicas dejen paso a que cada uno aporte sus ideas.
Y, en definitiva, aquellas organizaciones que logren ser flexibles y armar mejores políticas de conciliación, terminarán atrayendo a los talentos.
Casas Rúa destacó que “hay mucho para trabajar en este campo del lado de las compañías, pero también una oportunidad, porque, ante la caída de las instituciones tradicionales, podrán convertirse en formadoras de valores”. E hizo hincapié en que “si los directivos entienden esto, podrán contar con los mejores perfiles del mercado.”
Las empresas ya no niegan esta nueva realidad. Pero, si bien existen organizaciones que ya están trabajando, el grueso de las compañías, aunque percibe el cambio de intereses, no logra llevarlo a la práctica porque sus directivos están abrumados por la cotidianeidad, la supervivencia y el cortoplacismo.
“Hay una tendencia que se está gestando y que ya se está viendo. Excede al área de Recursos Humanos porque pasa por un cambio cultural, que va desde adentro hacia fuera, hacia como después esa compañía se conduce a sus ámbitos de negocios”, comentó el ejecutivo de PwC.