Desde niña, Ivana vio que todo a su alrededor se destruía: “Mis padres se separaron cuando era muy chica, él era muy bueno, pero se drogaba. Además, nuestra situación económica era muy mala.
Conocí la noche a temprana edad, comencé a tomar alcohol y a fumar. Con el tiempo, me hice adicta a los videos juegos, llegué a estar sin salir de mi casa cinco días. Era un desastre, no me bañaba, no comía y no dormía.
Fue peor cuando me deprimí. No podía dormir de noche, les tenía mucho miedo a los espejos y a la oscuridad. Llegué a intentar quitarme la vida tirándome en las vías de un tren.
Estaba mal emocionalmente y empecé a cortarme, quería sentirme aceptaba y contenida. Un tiempo después, volví a intentar quitarme la vida tomando pastillas.
Toqué fondo cuando empecé a golpear a mi mamá, ambas nos agredimos. En una oportunidad la policía vino a mi casa y casi me llevan presa.
Todo quedó en el pasado cuando conocí la Universal, luché y pude dejar los vicios y me liberé de todo.
Ahora me llevo muy bien con mi madre. Estoy feliz por todo lo que logré y porque gracias a Dios, tengo una nueva vida.”.
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