En la época del Antiguo Testamento, los niños solo tenían acceso a las enseñanzas de Dios por intermedio de sus padres, que en sus casas también cumplían la función de sacerdotes de la familia. Aprender sobre la fe en los templos era un tema para adultos. Por eso mismo, fue motivo de sorpresa cuando un niño nazareno fue encontrado, alejado de su familia que visitaba Jerusalén, discutiendo la Ley entre los Doctores en el templo. La gran sabiduría de aquel chiquito asombró a los sabios escribas. Su nombre era Jesús.
Hoy, los niños pueden concurrir a la iglesia y también a las clases idealizadas solo para ellos. Es el caso de la Educación Bíblica Infantojuvenil, la EBI, y el GF-Teen de la Universal. Y desde temprano, los pequeños ya muestran resultados sorprendentes en sus vidas de todavía tan corta edad, simplemente por haber entregado sus vidas a Dios, por intermedio del Señor Jesús.
“Mi fe cambió todo”
“Hola, mi nombre es Camila, tengo 6 años, me gustaria compartir con ustedes mi testimonio. Cuando llegué a la EBI tenía problemas urinarios. Me hicieron muchos estudios y dijeron que era psicológico, no podía llevar una vida normal. Así llegué a la EBI, aprendí a confiar en Dios y mi fe cambió todo, estoy sana y muy feliz gracias a Jesús.”
Tenía problemas de conducta
Los problemas de Tobi comenzaron cuando lo cambiaron de colegio. Antes era sociable con los otros chicos, pero se volvió introvertido y nervioso, le pegaba a otros chicos y no se integraba. La psicopedagoga llegó a decir que iba a perder un año de colegio. Su madre estaba desesperada, no encontraba una solución. Hasta que el niño empezó a participar de las reuniones de la EBI y fue cambiando. Ahora es un niño sociable, ya no tiene problemas de conducta, todo gracias a Dios.
Vivía angustiada
“Soy Jacqueline, tengo 11 años, desde que nací tuve problemas en los bronquios y bajo peso. A pesar de los tratamientos, mi salud empeoraba. Siempre tuve el cariño y la contención de mis padres, pero me sentía sola. Tenía mucha angustia, lloraba por todo y no dormía a la noche porque tenía pesadillas y escuchaba voces. En las reuniones del GF-Teen aprendí a luchar para que todo cambie. Dios me respondió, estoy sanada no dependo de ningún tratamiento. Estoy bien, tengo paz y ya no me siento sola, soy otra Jacqueline. Soy muy feliz gracias al Señor Jesús”.
“Dios curó a mi abuela de cáncer”
Me llamo Lucas y me gustaría contarles cómo Dios curó a mi abuela. Cuando los médicos nos dijeron que ella tenía cáncer, mi familia y yo nos preocupamos mucho, fue muy difícil. Estaba muy mal y decidieron operarla. Durante la cirugía todo se complicó y ella quedó en coma. Entonces decidí hacer mi pedido a Dios y Él me respondió. Mi abuela se recuperó y está sana. Somos muy felices gracias a Dios.
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