Cuando hablamos de la fidelidad a Dios, algunos piensan en los diezmos. Sin embargo, esa actitud es mucho más que devolver algo que le pertenece a otro.
La RAE (Real Academia Española) define fidelidad: “Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona. Puntualidad, exactitud en la ejecución de algo”.
Entonces, cómo es posible amar a Dios y ser fiel a Él, sin cumplir algunos de Sus mandamientos. Por qué prometerle algo y no cumplir. Así también, no sirve ser fiel en los diezmos y ofrendas si se tiene una vida opuesta a la que manda Su Palabra; es necesario practicarla todos los días. Por eso, si su vida no se condice con esa fidelidad, debe reflexionar.
Crea: ser fiel es una excelente elección y usted será el más favorecido, pues Él promete llenarlo de bendiciones. En su blog, el Obispo Macedo resalta que la fidelidad a Dios es una prueba de amor hacia Él: “La palabra amor en hebreo Ahavá, pero no está relacionada con el amor romántico, en su nivel más básico significa fidelidad. Es decir que, amar a Dios, significa ser fiel a Sus mandamientos”.
El fiel recibe las bendiciones del Señor como está escrito en Proverbios 28:20 “El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa”.