Raúl Chiappafredo y Mónica Bentancour unieron sus vidas para ser felices, pero a medida que pasaba el tiempo veían con tristeza que, a pesar de sus esfuerzos, todo iba empeorando. Luchaban juntos pero no lograban salir adelante, todo lo que hacían salía mal.
“Mi vida económica estaba muy mal. Esos problemas generaban conflictos entre nosotros y todo iba de mal en peor”, afirma Raúl. Ellos buscaron la solución en muchos lugares, pero todo apuntaba a que tenían que conformarse con su triste realidad.
Él vivía angustiado porque luchaba con todas sus fuerzas para salir adelante pero nunca lograba nada: “Todo se trababa, tenía un trabajo con un sueldo que no me rendía, mi vida era un fracaso”, recuerda. Las preocupaciones llenaban los días de Raúl y Mónica, no había espacio para el diálogo, habían perdido las esperanzas de poder ser felices juntos.
Ellos encontraron la solución cuando llegaron a la Universal. A pesar de tantos problemas, usaron su fe y confiaron sus vidas a Dios. Al poco tiempo, Raúl notó que su interior estaba cambiando. “Participar de las reuniones fue como cruzar una puerta rumbo hacia una nueva vida. Recuerdo que decidí cambiar mi actitud y las puertas se me abrieron”. Dios recompensó su perseverancia y su matrimonio fue restaurado.
Mónica también recuerda su experiencia: “Cuando llegué a la IURD, viví algo maravilloso. Había golpeado muchas puertas, pero en la Universal encontramos la felicidad. Encontré una escuela donde aprendí a usar mi fe”. A partir de ese momento sus vidas tomaron un nuevo rumbo, confiando en Dios lograron salir adelante y empezaron una nueva vida. “El tiempo fue pasando y participando de las reuniones me di cuenta de que no tenía que resignarme, que tenía que luchar. Mi visión cambió, cobré dinero que estaba trabado hacía muchos años, y como quería ser mi propio jefe, lo invertí en mi negocio de muebles.
De estar desesperado por las deudas, hoy gano por día lo que antes ganaba en un mes, realmente nuestra vida cambió completamente”, dice él.
Ellos encontraron la felicidad que tanto habían buscado. Juntos lograron superar sus problemas y hoy su situación económica ya no es una preocupación. A través de su confianza en el Señor Jesús lograron lo que más deseaban, el triste pasado quedó atrás y hoy disfrutan una familia bendecida por el poder de Dios.
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