La excelencia en el mercado de trabajo depende de personas capaces de tomar decisiones sobre lo que se debe hacer y, además de esto, por supuesto, poseer conocimientos relativos sobre las tareas que serán realizadas. Es decir, el mercado de trabajo depende de aquellos que tienen habilidades y actitudes.
En un bote de remos, no se puede solamente mover el remo en uno de los lados, porque de esta manera, el barco navegará en círculos. Para que se mueva hacia adelante o hacia atrás es necesario mover en sincronía ambos remos. Lo mismo sucede cuando una persona tiene habilidades y no tiene actitud.
Otro ejemplo es lo de un niño. Él tiene actitud, pero no tiene habilidad. Esto es porque es en la infancia que él empieza a ir a la escuela, a hacer cursos, y a aprender habilidades. Sólo que él tiene la actitud, y eso le dará condiciones de adquirir habilidades.
Usted no se acuerda de cuando estaba aprendiendo a caminar, pero sabe que, en el principio, usted intentaba… Se caía… Intentaba otra vez… Se caía… Usted no lo lograba pero seguía intentando, porque quería caminar. Ahí, usted insistió, fue adquiriendo técnicas y listo: ¡Lo logró!
Una persona con actitud logra desarrollar habilidades. Esto es porque cuando ella tiene disposición, sigue adelante, practica, insiste hasta conseguir. Ella es vencedora y aprende a hacer cosas porque tiene motivación.
Por otro lado, la persona que tiene habilidades y no tiene actitud, puede saber todo sobre un determinado tema, pero si no tiene disposición para poner en práctica sus habilidades, quedará siempre el mismo lugar. Esto sucede porque las habilidades se aprenden, se entrenan… Ya la actitud no, porque esto es una cosa interna, es un estado de espíritu y el resultado de una decisión personal.
Tener habilidad y actitud es ser un empleado con una actitud de jefe, es ser un alumno con actitud de profesor, ser un hijo con la actitud de un padre, ser un elector con actitud de gobernante.
Mi amigo(a), es, necesario desarrollar sus habilidades a través de la capacitación, invertir en cursos, etc. Pero sin olvidarse nunca de tener una ¡actitud!, porque las dos solamente funcionan cuando andan juntas. Sepa que usted puede tener éxito en casi todo, si colocar entusiasmo en todo lo que hace.
Acuérdese: Con disposición y motivación su vida será siempre nutrida de nuevas aspiraciones, nuevas actitudes y esfuerzos.
¡El optimismo no es más que la fe que conduce a la realización!