Un mosaico del período bizantino de Israel (entre los siglos 4 y 6) fue desenterrado durante las excavaciones de preparación para la construcción de un camino en los alrededores del kibutz Bet Qama, en la región de B’nei Shimon, en Israel, al norte de Berseba.
Vale recordar que: como Israel puede considerarse un enorme espacio arqueológico, tanto en áreas campestres como en áreas urbanas, es habitual que la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA, sigla en inglés) realice excavaciones de investigación antes de comenzar esta clase de construcciones, para no dañar ningún hallazgo importante. Recién después de la aprobación de la IAA, continúan las obras.
La edificación en la que estuvo originalmente el mosaico encontrado, tenía un gran salón de 12 por 8,2 metros, aparentemente cubierto por tejas, según los fragmentos de material encontrados. La gran abertura en la fachada del predio y los adornos del mosaico sugieren que la construcción era de uso público.
El mosaico presenta dibujos coloridos como ánforas (jarros para transportar vino), pavos reales, palomas picoteando un racimo de uvas, entre otras figuras; temas muy comunes en la decoración bizantina.
Frente al predio fueron encontradas piscinas revestidas de masa calcárea pintada artificialmente, interconectadas por canales y caños. Los arqueólogos están curiosos en cuanto a la función que cumplía la construcción, ya que la complejidad del mosaico y la presencia de las muy elaboradas piscinas indican que contaban con recursos considerables para la época. La distribución del complejo – iglesia, residencias, tiendas para el comercio, una gran cisterna, el citado predio para uso público y piscinas, cercado por la naturaleza – sugiere que el lugar recibía muchos huéspedes, y una de las construcciones podría ser una especie de hotel.