Cuando María y Edgardo empezaron a participar de la reunión de los domingos sus vidas estaban muy mal, según ellos mismos comentan. Había peleas en la familia y hasta pensaron en separarse. “Era un caos mi casa”, recuerda ella y agrega: “Yo tenía una carga del pasado, eso generaba tristeza dentro mío y eso lo transmitía a mi familia”.
María se acercó a la Universal luego de haber leído el periódico de la iglesia. “Primero el cambio fue en mí y eso lo transmití a mi familia. Entonces cambió todo, cambió la relación con mi esposo, aprendí a quererlo, a decirle ‘te amo´ a él y a mis hijos. Yo estaba dolida, ahora los amo, somos muy compañeros, hay una unión familiar que solo Dios la da”, asegura.
Además, resalta: “Recomiendo la reunión del domingo, es el día principal donde buscamos la fortaleza para toda la semana. Lo más importante es buscar a Dios. A través de Él tenemos las bendiciones para nuestra familia”.
Edgardo, por su parte, señala: “Hemos recuperado el respeto, la unión, la alegría; siempre apoyándonos en la Palabra de Dios. Eso nos ha hecho muy unidos y tenemos la posibilidad de compartir lindos momentos”.
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