Quilmes – All Boys parecía un partido más, en el que lo único importante era el resultado, que podía ayudar a uno de los dos equipos a escapar de los puestos de descenso. Sin embargo, un protagonista inesperado copó la escena minutos antes que la pelota comenzara a rodar: la violencia.
De la nada, se armó tumulto en la tribuna de Quilmes y las imágenes fueron estremecedoras. Dos bandos enfrentados de la propia hinchada local se trenzaron por el control de la tribuna, dejando un saldo de diez heridos, tres de los cuales son policías. Para colmo, horas después, tres de los hinchas heridos se escaparon del hospital sin recibir el alta médica.
Fueron siete los que ingresaron al hospital Iriarte, cercano al estadio Centenario de Quilmes. Según lo confirmó el director del nosocomio, Gustavo Wahnschaffe, al hospital llegaron los siete barras. “Ingresaron con heridas de arma blanca, golpes, uno incluso con un corte por un destornillador”, contó.
Además dijo que tres de los barrabravas decidieron no pasar la noche en el hospital y se fueron. “Tres de los siete internados se fueron en la noche, sin alta médica. Lo hicieron por sus propios medios, tenían heridas cortantes y se fueron”, contó en diálogo con TyC Sports.
Ricardo Caruso Lombardi, DT de Quilmes, contó: “Fue un lío tremendo, no entendíamos nada. Estábamos por llegar a la cancha y nos enteramos de lo que pasó”. Luego, el técnico reflexionó sobre lo sucedido y manifestó que “le hace mal a todo el entorno del fútbol. Tenemos una sociedad enferma, todos quieren hacer todo a los cuchillazos y a las piñas, mirá en lo que termina. Si suspendés a la gente visitante y se pelean entre ellas, ¿jugás sin público local? Sería un entrenamiento. De local y sin público visitante, para un partido de lunes tienen que pedir 300 policías, igual mirá el lío que se armó. ¿La solución es que no haya más fútbol? El fútbol no es el foco. Es un problema social, ni los alambres nos alcanzan. Estamos mal nosotros y lamentablemente no es fácil encontrar la solución. Es una cosa de nunca acabar”, aseguró Caruso en FM Nacional Rock 93.7.
El 2014 empezó mal
Después de un 2013 que dejó 14 muertos relacionados con el fútbol, 2014 empezó de la peor forma. Hubo dirigentes y planteles amenazados y agresiones de todo tipo.
En la previa del amistoso que disputaron Estudiantes y Gimnasia y Esgrima de La Plata, un grupo de barras del Lobo intentaron ingresar a la sede de su rival. Como no lo lograron, atacaron el edificio con piedras, hiriendo a un menor de edad.
También en el verano, 60 hinchas de Boca fueron detenidos cuando se dirigían hacia Córdoba para presenciar un Superclásico. La Policía secuestró un arma de fuego en el control.
En Salta, también en el contexto de un partido de verano, se enfrentaron hinchas de River y San Lorenzo. Como resultado, resultó herido de gravedad José María García, hincha del Ciclón, que continúa internado en estado reservado.
Comenzó el campeonato Final 2014 y nada cambió. Al finalizar el partido entre Estudiantes y Lanús, los DT del Granate se agarraron a trompadas con dirigentes platenses.
Ese mismo fin de semana, en la cancha de River, un hincha lanzó un trozo de madera contra los jugadores de Godoy Cruz que estaban celebrando un gol de su equipo.
Dirigentes amenazados
A fines de febrero la barra brava de Los Andes baleó la casa del presidente del club, Oscar Ferreyra, lo que generó la renuncia masiva de toda la dirigencia del club.
Más tarde le tocó al presidente de El Porvenir, Enrique Merelas, a quien los violentos quisieron amedrentar incendiando el patrullero que custodia su casa.
El plantel de Independiente de Avellaneda sufrió amenazas de la barra, cuando encontraron dos perros muertos colgados en un árbol cercano a la cancha principal. Si bien se desconoce a los autores del hecho, se interpreta esa acción como un mensaje a los jugadores, que llevan cinco partidos sin ganar. Además, otro grupo de barras incendió cinco quinchos que el club posee en el predio de Wilde, donde entrena el plantel profesional.
El líder de la facción “disidente” de la barra, Pablo “Bebote” Álvarez incluso habló del incidente en su cuenta de Facebook y se desligó del hecho con un mensaje amenazante: “Si fuéramos nosotros, colgamos a dos defensores y prendemos fuego a todo el plantel dentro del vestuario”.
Barras de exportación
Con el Mundial de Brasil a la vuelta de la esquina, crece la preocupación del comité organizador por la violencia que pueda desatarse en tierras verdeamarelas. Por tal motivo, Brasil requirió la entrega de un listado con los argentinos a los que se les aplica el derecho de admisión y otro con los que tienen causas pendientes en la justicia. El Ministerio de Seguridad y la Policía Federal Argentina ya se encuentran elaborando los listados.
En las últimas horas se supo que se prepara un spot publicitario para las tandas del “Fútbol para todos”, en el que se recomienda: “En caso de poseer causas en trámite, gestionar el permiso del correspondiente tribunal actuante para salir del país, llevando copia del testimonio o documentación para presentar ante las autoridades correspondientes”.
¿Cómo erradicar la violencia?
Hace dos o tres décadas, la violencia en el fútbol se daba entre hinchas de diferentes clubes. Son recordados los enfrentamientos entre “La 12”, barra de Boca liderada por José Barrita, alias “El abuelo”, con “Los borrachos del tablón”. Los motivos en ese entonces eran la tenencia de banderas o ver cuál era el club con hinchas más “bravos”.
Ahora, en cambio, la violencia se da dentro de los grupos del mismo club, por motivos políticos y económicos. El reparto de entradas, el cuidado de coches en las inmediaciones del estadio los días de partido y la afinidad con determinados jugadores hacen que los hinchas de un equipo se peleen entre ellos para ver quién tiene el control de los negocios.
Cuando fue consultado respecto al tema de la violencia en el fútbol, el presidente de la AFA, Julio Grondona: “Hace rato que se quiere combatir (la violencia), no es de ahora. Lo que pasa es que hay circunstancias ajenas a la voluntad de muchos y por eso no se puede llevar a cabo”. Cuando un periodista le preguntó qué debería hacer para ponerle un fin a los barras, Grondona respondió: “Te invito para que te hagas cargo. Pónganlos ustedes (a los límites)”.
Hasta que no se produzca una profunda limpieza en los clubes y se corten los lazos que unen a dirigentes y jugadores con los barras, la violencia será, lamentablemente, un hincha caracterizado en las tribunas del fútbol argentino.
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