Nuestro trabajo como Hombres de Verdad es llevar a todos la enseñanza, la instrucción Divina. Esta instrucción Divina, puesta en práctica, trae los resultados deseados. Eso sucede con el que practica, no con el que sólo escucha.
Dios tiene su tiempo y nosotros también podemos acelerar, o atrasar el tiempo a través de la Fe. Sí, yo puedo atrasar, acortar el tiempo, para alcanzar los beneficios de una fe práctica.
El simple oyente no va a acortar el tiempo, pues practica una religión y no una Fe. El conocimiento sin sabiduría no tiene valor, así es la Fe sin obras.
Mismo haciendo todo correctamente, si no hay una actitud de INDIGNACIÓN, no podré tomar posesión de la promesa. Entre nosotros y Dios, hay una promesa y debemos tomar posesión de ésta. Como sabemos, todo lo que queremos de Dios, es tomado por medio de esfuerzo, desafío, indignación y entrega.
Para tomar posesión de la promesa, solo una actitud de INDIGNACIÓN. Esa actitud llama la promesa hacia mí. Gedeón acortó el tiempo con su actitud de INDIGNACIÓN.
“Ah, señor mío, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas esas maravillas que nuestros padres nos han contado?”
Sabía que existía, pero mientras no tuvo una actitud con INDIGNACIÓN, no cambió nada.
INDIGNACIÓN + DESAFIO es lo que nos hace alcanzar lo que queremos.
El religioso espera que Dios cambie, el que practica la fe, por su actitud de INDIGNACIÓN y DESAFÍO, llama para sí la promesa, éste acorta el tiempo.
Así como el sentimiento de amor entre los seres humanos exige renuncia, la Fe el sentimiento que nos une a Dios exige INDIGNACIÓN, PRÁCTICA, VALENTÍA.
Si alguien quiere tomar posesión de lo que es suyo, entonces, tiene que ser más valiente de lo que ha sido.
¡LA INDIGNACIÓN ES NUESTRA FUERZA!!!!!