“Por supuesto que la fuerza de Gedeón, no estaba en el exterior, sino en lo más profundo de su corazón. Es decir, él tenía la firme convicción de no aceptar la situación impuesta por el enemigo debido a la existencia del Dios de Abraham.
El mayor problema de la gente no es la situación difícil en sí, sino lo que piensan al respecto. Si alguien está sufriendo de un determinado mal y no cree en una salida, ¿cómo va a luchar?
El combustible capaz de mover un motor pueden ser varios: gasolina, kerosene, alcohol, oxígeno, gas, electricidad. El combustible de la vida es el oxígeno, y el combustible que impulsa al ser humano a la Victoria es la fe en Dios.
La fe sobrenatural es la energía de Dios en nosotros. Pero Él no puede imponernos el actuar. ¡Tenemos que actuar por nuestra cuenta! El Ángel de Dios escogió a Gedeón en medio de millones de personas de su pueblo porque él era el “tanque lleno”. Pero él no conocía su potencial. No sabía del poder que había en su interior. ¿Por qué? Debido a que sus ojos espirituales estaban cerrados.
Mientras le daba atención sólo a la información de sus ojos físicos, solo veía los problemas: Pobreza, hambre, miedo, humillación, el poder de los enemigos y la debilidad de Israel, etc. Pero una voz gritó en su interior. “¡No! ¡No se puede continuar así! ¡Mi Dios es el mismo de mis padres Abraham, Isaac e Israel! Si Él los libró en el pasado, ¡debe librarnos de esto ahora!”
Mientras que sus ojos físicos le llamaban la atención sobre la situación actual, sus ojos espirituales clamaban en su interior… Había un conflicto interno: por un lado, la voz de los sentimientos impuestos por la vista física y por el otro lado, la voz de la fe impuesta por el conocimiento del Dios vivo.
Cuando el ángel se le apareció, sólo hizo encender la llama de su fuerza, diciendo: ¿qué estás esperando? Vete… y salva a Israel! No te estoy mandando? Vete pronto! … Vete de una vez! … ¡Date prisa! …
¿Observó a qué punto la fe está estrechamente vinculada a la acción?
¡Fe es acción! ¡Fe es actitud!…