Pareciera que cada día surgen más conductores pésimos. Son las personas cruzando con el semáforo en rojo, deteniéndose encima de la senda peatonal, cruzando por lugares prohibidos. Tantos accidentes, que tenemos la impresión de estar conduciendo en medio de “Los Autos Locos”.
La diferencia entre el dibujo animado que veíamos cuando éramos niños y la vida real es que librarnos de las trampas de Pierre Nodoyuna puede ser difícil y que cualquier auto puede albergar una verdadera Antigualla blindada por Mafio y sus pandilleros. Tenemos que conducir por nuestra propia seguridad y por la de los demás. No es prudente confiar simplemente en quien está conduciendo a nuestro alrededor. Y es aun menos prudente responder a las ofensas que nos hacen.
Por supuesto que no es fácil dejar de gritarle al “buen alma” que efectuó una mala maniobra en contra suyo, pero el hombre inteligente sabe controlar sus emociones. Como está escrito en Eclesiastés 7:9 “ No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.”
Tampoco podemos guardar la ira dentro de nosotros. No somos un depósito de malas emociones para guardar rencores en contra de los demás. Lo importante es saber entender que la ira es un mensaje. Una señal de que algo no salió de acuerdo con nuestras expectativas o estándares. Comprendiendo esto, usted podrá actuar racionalmente sobre qué actitud debe tomar.
Cuando un peatón cruza por un lugar prohibido o en el momento incorrecto, por ejemplo, es normal enojarse. Pero detenerse para insultarlo es cometer el mismo error. Entonces, ¿qué es lo que su enojo puede estarle indicando? Está mandándole a que duplique la atención, ya que existen personas imprudentes o indefensas.
La Federación Internacional del Automóvil (FIA) difundió las estadísticas oficiales sobre víctimas de accidentes de tránsito en América Latina. En el 2013, fallecieron 62 mil personas en nueve países de la región, lo que arrojó una tasa de 16 víctimas por cada 100 mil habitantes.
Según la FIA, en Argentina, por ejemplo, se produjeron 5.187 muertes. Es decir, 13 fallecimientos por cada 100 mil habitantes. Se registró una leve suba con respecto a las estadísticas del 2012.
El índice argentino sigue estando por debajo de la media de la región – con países como Brasil, donde la tasa asciende a 20 -, pero todavía está lejos de la media de Europa, con un promedio de 10.
Puede dar trabajo, pero es necesario saber controlar el enojo mientras se está conduciendo.
¿Quién es más fuerte? ¿Usted o su enojo?
No es fácil controlarse en el tránsito, muchos dicen que en él prevalece “la ley de la selva”, pero no somos animales. El hombre fue creado como un ser racional para poder pensar y medir sus actitudes. Dentro del automóvil o en cualquier área de la vida es necesario saber controlar la ira.
El pastor Felipe dos Santos, responsable por la Fuerza Joven Universal de Campos dos Goytacazes (Rio de Janeiro, Brasil), cuenta que tuvo mucha dificultad en realizar el Desafío IntelliMen #45, propuesto por el escritor Renato Cardoso, y afirma que,“ese desafío es para toda nuestra vida, porque siempre estaremos sujetos a pasar por una situación de enojo, pero, si me dejo llevar por esto, quién sufrirá seré yo mismo”.
Él necesitó mucha fuerza, pero está logrando superar su ira. ¿Usted lo logra? ¿Usted es un IntelliMan o vive la “ley de la selva”?
Vea los desafíos del proyecto www.intellimen.com y ponga a prueba a su autocontrol.
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