El pasado viernes 10 de febrero, a las 22 h, en el Templo de la Fe, se realizó una reunión especial para los IntelliMen. Mientras, en el interior del país, los integrantes del proyecto asistían por videoconferencia.
En el año del 1 más el obispo Djalma explicó la razón de la debilidad de un gran número de hombres: “Muchos han tenido que cambiar su alimentación por una recomendación médica, por la palabra de un médico, un hombre, han cortado de su vida aquello que es malo, aunque sea una cosa que le encanta. Hay hombres que jamás van a volver a comer lo que les encanta porque obedecen a la palabra de un especialista.
Eso sucede en el aspecto físico y en el espiritual también. Hay un conflicto, entre lo que usted quiere hacer y lo que debe hacer. Yo tenía un conflicto, conocía la Palabra de Dios lo suficiente para que mi vida cambiara, sabía lo que tenía que hacer, pero no lo hacía. Oía la Palabra del Altísimo, pero no tenía fuerzas para cortar de mi vida aquello que era malo. De repente es eso lo que ha sucedido con usted. Por más fuerte que usted sea, si está entregado al pecado, será pequeño, débil y siempre tendrá miedo y dudas. Si usted usa su cabeza, logrará vencer su voluntad, si usa su cabeza, logrará dominar su carne”, explicó el obispo.
La Palabra de Dios dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”, (Gálatas 2:20). Si usted está crucificado, está muerto para el pecado. “Yo tomé la decisión de vivir crucificado, así abandoné el pecado, las dudas y los miedos”, agregó el obispo.
Luego llamó adelante del Altar a aquellos hombres que querían crucificar su vida para estar muertos para el pecado y vivos para Dios. Fue una reunión clave para que los presentes aprendan a vencer el miedo, las dudas y toda debilidad para convertirse en hombres de Dios.
Luego se realizó la consagración de los IntelliMen aprobados. El pastor Víctor determinó que ellos sean usados para invertir en un discípulo para que también sea un hombre mejor. “Tenemos la posibilidad de ayudar a otro hombre a formarse a imagen y semejanza de Dios”, explicó.
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