“En la noche te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro de mí te busca con diligencia; porque cuando la tierra tiene conocimiento de tus juicios, aprenden justicia los habitantes del mundo.” Isaias 26.9
La madrugada es la hora propicia para buscar a Dios. Despertarse para pensar en los que están fuera del Reino de Dios, por desconocer su existencia, o por haber abandonado por la fascinación del mundo. Esta es la hora perfecta para clamar para que el Espíritu Santo los llame a la vida. Sin embargo, pocos se hacen escogidos para vivir en la justicia.