Estela Carrizo, desde los 15 años de edad empezó a tirar las cartas hasta los 26 años, pensaba que de esa forma estaba ayudando a las personas que la consultaban. Pero su vida empezó a ser un verdadero infierno cuando atravesó una decepción en su vida sentimental, el padre de su hija la abandonó y ella intentó quitarse la vida tirándose debajo de un auto con su bicicleta.
“Ya no le encontraba más sentido a mi vida, por la noche no podía dormir por el insomnio y sentía que la presencia de alguien me asfixiaba y me atacaba. Tenía depresión, fumaba y comencé a tomar alcohol para llenar el vacío que sentía en mi interior”.
Sufría de reuma desde muy joven y gastroenteritis; la vida económica también estaba mal, vivía de prestado y pasaba necesidades por lo cual muchas veces no podía darle a su hija lo mejor, lo que necesitaba.
Así, en el fondo del pozo, recibió la invitación de su mamá para participar de las reuniones de la Universal, en reiteradas oportunidades había visto la programación televisiva, pero no quería saber nada. Sin embargo, como ya no hallaba más salida se acercó y comenzó a luchar haciendo las cadenas de oración, participó de la Hoguera Santa y vio un cambio notorio en su vida.
Fue libre de todo lo que la atormentaba espiritualmente, abandonó los vicios y las cartas, fue sanada por completo, logró salir adelante en su vida económica y en su interior hoy hay paz y alegría.
Ellas concurren a la Universal de Rivadavia 50, Córdoba.
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