Durante el juicio, el testigo, que era solo un niño, había sido presionado por los policías de la época. Él tenía solo 13 años, pero hoy, ya hombre, decidió decir la verdad, y la justicia fue hecha.
Además de la libertad, la víctima de la injusticia recibió 1 millón de dólares.
¡La justicia repara los daños!
Muchas personas tienen la garantía de la Justicia que es la fe, pero no producen pruebas, materialización de la fe, a favor de sí mismas y continúan presas al sufrimiento.
Mientras no se presenta la justicia – la fe acompañada de pruebas – en el Altar, nada va a suceder.