El mes de diciembre le suele generar ansiedad a muchas personas. Eso se debe a que la llegada de fin de año se caracteriza por las presiones sociales. ¿Quién nunca se ha sentido obligado a comprar regalos de Navidad solo porque todo el mundo lo estaba haciendo? En esta época, somos llevados a comprar más, a preparar platos típicos, a participar de fiestas, a encontrar amigos lejanos, vestir ropa nueva y viajar.
Es casi imposible escapar de la publicidad de los comercios, que adorna las calles y los shoppings de rojo, dorado y verde para avisarles a todos sobre el “clima navideño”. Se tiene la sensación de que el mundo se acabará. Por eso, muchas personas se sienten obligadas a hacer todo lo que no hicieron durante todo el año en un mes. ¡Que haya cuenta bancaria y salud mental para lidiar con tantas tareas!
¿A quién complacer?
La psicoterapeuta Pollyanna Esteves explica que la necesidad de aceptación puede llevar a muchas personas a ceder ante las presiones de fin de año, incluso cuando no desean seguir los rituales típicos de esa época. “El ser humano siente la necesidad de complacer a los demás y ser aceptado por el grupo. Para seguir integrados y evitar desacuerdos, algunas personas hacen cosas que no les gustaría, como participar del amigo invisible o ir al happy hours”, evalúa.
Según la especialista, las personas con baja autoestima pueden sufrir más en este periodo. “Los que se sienten inseguros tienen más dificultad para decir no e imponer sus opiniones. Es importante recordar que a las personas les debe gustar más lo que somos y no la utilidad que podamos tener para ellas”.
Vacío
En muchos casos, la búsqueda de compras, viajes y eventos sociales puede ser un intento de enmascarar la tristeza y la sensación de vacío. Pero ¿la felicidad está en bienes materiales y fiestas?
“Algunas personas no se sienten suficientes y dan regalos o hacen determinadas cosas para ser notadas. De esa manera, intentan sentirse mejor, pero muchas veces hay una tristeza que no se ha revelado”, afirma Pollyanna. Para escapar de esas trampas, la especialista sugiere dialogar mucho y fortalecer la autoestima. “Es importante hablar con la familia, compartir buenos momentos y tener la conciencia de lo que realmente quiere y puede hacer”, aconseja.
Ilusión
El fin de año también suele generar ilusiones. Las fiestas y las luces navideñas ayudan a muchas personas a enmascarar sus dificultades. Por un momento, llegan a creer que lograron escapar de los problemas. Este es un tremendo engaño. El problema de la ilusión es que solo es una promesa, una mentira que se deshace en poco tiempo. Eso significa que, después de la euforia, todo vuelve a ser como era antes: con la misma angustia y el mismo vacío.
Felicidad duradera
La búsqueda de soluciones fáciles es el camino mas corto para la decepción. Si usted desea alcanzar la felicidad duradera, necesita aprender que la felicidad no se compra. Es decir, la felicidad no está en paseos, ropas, perfumes, restaurantes, fiestas o cuentas bancarias.
En lugar de las soluciones inmediatas de fin de año, es necesario construir bases sólidas para que la felicidad genuina se concretice. ¿Cómo lograrlo? En su blog, el obispo Edir Macedo defiende que es importante buscar la felicidad duradera en Dios. “Para alcanzar la felicidad, antes es necesario tomar posesión de la vida. Los muertos no tienen derecho a la felicidad. Mientras la persona esté espiritualmente muerta en sus delitos y pecados, ¿cómo alcanzar la felicidad? Imposible. Primero tiene que resucitar. Y, para eso, tiene que buscar al Autor de la vida.”, escribió.
Pero no sirve solo ir a la Iglesia o decir que cree en Dios de la boca para fuera. La fe inteligente que conduce al camino de la felicidad está relacionada a las actitudes diarias del que cree, como afirma el obispo Macedo: “creer en el sentido de entregarse de cuerpo, alma y espíritu. A partir de esa entrega incondicional, ella recibe vida. Y entonces, tendrá el derecho a la felicidad tan soñada. Quien sea suficientemente humilde para someterse y temerle, heredará riquezas, honra y vida”.
Para comenzar bien el 2020, es fundamental terminar el 2019 con la fe fortalecida. La Vigilia de Año Nuevo del 31 de diciembre en la Universal, es un buen momento para darle comienzo a los cambios que usted tanto busca.