El Reino Unido está asustado con el aumento exponencial de niños que hacen tratamientos para cambiar de sexo o están diagnosticados de disforia de género. Según el periódico del lugar The Christian Post, la responsable del Ministerio de la Mujer y de la Igualdad, Penny Mordaunt, realizará una investigación para descubrir porqué tantos jóvenes se dirigen a la salud pública con este diagnóstico.
“El aumento este año fue extraordinario. Ahora se volvió muy difícil prever si el número de niños dirigidos crecerá”, Afirmó el director de la Sociedad de investigación y educación sobre identidad de género, el doctor Polly Carmichael.
Según importantes noticieros del lugar, como The Sun y The Telegraph, el número de niños que reciben inyecciones de hormonas y de bloqueo de la pubertad creció de 97, entre el año 2009 y el 2010, a 2.519, entre el 2017 y el 2018. Al menos 40 de esos niños tienen entre cuatro y seis años.
“Los niños pequeños no tienen la capacidad de hacer elecciones sobre la identidad sexual, así como no tienen la capacidad de conducir un auto o elegir irse a la cama a horario”, afirmó el profesor universitario y jefe de la sección de psiquiatría infantil y adolescente de la Universidad de Louisville, Allan Josephson durante un debate educacional abierto al público realizado en Washington (EUA). Según él, “es el trabajo de los padres ayudar a que sus hijos aprendan sobre estos temas durante la etapa de desarrollo”.
En los EE. UU., como en el Reino Unido, en Brasil y en otros países, la identidad de género se ha discutido con niños muy pequeños, aún inmaduros para entender del tema. El resultado es un aumento significativo en el número de niños confundidos. Como mostramos arriba, en el Reino Unido este aumento fue de más de dos mil niños en menos de una década.
En Escocia, donde el debate sobre la identidad de género se llevó hacia el interior de las aulas de clase, también hubo un aumento significativo de niños confundidos que necesitan un seguimiento médico, de acuerdo con el informe de Scottish Public Health Network.
“Es eso es lo que están haciéndoles a los niños ahora. Ellos quieren imponerles a nuestros hijos una actitud de elección”, explica el obispo Edir Macedo.
El gran problema es que: los niños no tienen una capacidad cognitiva e intelectual para entender el tema y tomar una decisión tan seria. La preocupación del gobierno británico está presente precisamente porque, al dejar que los niños tomen esas decisiones y hagan tratamientos para cambiar de género, el Estado pone en riesgo la salud de ellos. Esto se debe a que los remedios que se toman para que el cambio suceda son tan fuertes que pueden causar daños permanentes, como la calvicie, la infertilidad, problemas hepáticos, trombosis, infartos, derrames y muchos otros.
Además de todos estos factores, el gasto de la Salud Pública británica, solo en 2014 (último dato revelado) con el tratamiento de estos niños, fue de casi tres millones de libras esterlinas, el equivalente a más de tres millones novecientos mil dólares.