Fiestas, discotecas, cerveceadas, gente joven y lista para divertirse. Este suele ser el escenario de las universidades. La propia novatada ya anuncia como serán los años siguientes: debes superar tus límites para ser aceptada. No formar parte de esto te convierte en un ser de “otro planeta”. Por lo tanto, ¿cómo no ser vista como la antisocial del grupo y seguir manteniendo la postura que crees?
Raquel Delatorre Dupas, de 22 años, cursa el sexto semestre de medicina y sabe muy bien cómo conciliar su fe con la vida universitaria. Cuenta que ingresó a la facultad con solo 19 años, y el secreto de Raquel está en mantener su personalidad firme y saber lo que está buscando en la vida. “Tienes que saber lo que quieres y estar definida, ser una persona realizada y feliz por sus elecciones. Siendo así, te vuelves una persona blindada a las tentaciones externas”, comparte.
No es necesario alejarse de los demás. El contacto social con los compañeros que estudian contigo es importante para el intercambio de experiencias y de aprendizaje. Sin embargo, debes saber filtrar. ¿Qué sucede en las fiestas universitarias? En muchas de ellas, las personas buscan aceptación y, para conseguirla, están dispuestas a todo: beber hasta no poder mantenerse de pie, consumir drogas e incluso involucrarse sexualmente contra la propia voluntad.
Por encima de todo, uno de los secretos para ser una estudiante blindada es estar feliz por sus elecciones. Nadie puede agradar a Dios estando insatisfecho. ¿Sufres y te torturas por estar viviendo una vida diferente de la que te gustaría? En la opinión de Raquel, esto sucede porque quizás no tengas una verdadera comunión con Dios. “Probablemente es por eso que muchos jóvenes cristianos tengan tanta dificultad de decir no cuando reciben una invitación a una discoteca o cuando les ofrecen bebidas alcohólicas o drogas. Esa dificultad proviene exactamente del hecho de que, en el fondo, ellos quieren aprovechar todo lo que el mundo ofrece”, explica.
Dilemas
“Antes de permitirme conocer a Dios de verdad, también tenía esa dificultad. Al fin de cuentas, todo allí afuera parece tan colorido y hermoso. Pero no todo depende de nuestra voluntad. Hay cosas que dependen de nuestras elecciones. No solo debes querer buscar a Dios, sino que debes buscar esto. Si solo escuchas tus propios deseos, actuarás con la emoción y no con la razón”, finaliza Raquel.
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