Quien ve a la actriz y productora de eventos Kátia Reis (foto de al lado), de 48 años, con una gran sonrisa estampada en el rostro no se imagina que hace un año aproximadamente ella lloraba tras el inesperado descubrimiento de una enfermedad.
En diciembre de 2015, le diagnosticaron cáncer de mama avanzado. Por tener un cuerpo bello y una buena apariencia, desde el principio, se indignó. “En el pasado, yo hacía de todo para estar linda y delgada. Entonces, no me alimentaba bien y hacía muchos ejercicios para poder mantener mi padrón de belleza, pero no me imaginaba que esa enfermedad podría afectar mi cuerpo”, cuenta.
Kátia fue una modelo famosa en la década de los 90. Trabajó como actriz y en programas de televisión y fue tapa de revistas. Pero después de mucho éxito, vio su vida arruinada por varias perdidas, una de ellas sucedió después del embarazo, hace diez años. “Eso me hizo sentir un gran rechazo en relación a las emociones, a los sentimientos. Me desalojaron de la casa donde vivía, perdí bienes, llegué al fondo del pozo”, cuenta.
Después de algunos años, Kátia pudo rehacer su vida económica y abrió una productora de eventos. Desde entonces, ha alcanzado el éxito en el área profesional.
La noticia del cáncer llegó cuando estaba volviendo a cosechar los frutos de su trabajo. Entonces, era natural que ella se desanimara. A pesar de eso, la tristeza duró poco.
Después de algunos días del diagnóstico, la empresaria conoció la Reunión de Cura en la Universal y supo cómo la fe podría ser capaz de curarla. “Yo pensé: “llorar no va a servir de nada, entonces, iré detrás de mi objetivo”. Solo que sabía que sin Dios yo no tendría éxito”, afirma.
Entonces, Kátia comenzó a frecuentar las reuniones. Allí, recibía oraciones y hacía el tratamiento con el agua consagrada. “Yo usé la “gota del milagro” durante siete meses. Mi fe fue intensa, porque tenía seguridad de lo que estaba haciendo. Yo sentía al Espíritu Santo actuando en mí” destaca.
Mientras Kátia manifestaba su fe en Dios para ser curada, recibía fuerzas para no entregarse a la enfermedad. Por eso, incluso viendo que su cabello y cejas se caían por las sesiones de quimioterapia, se mantuvo fuerte al punto de valorarse mucho más. “Me regalaron el verdadero amor por mí. Con eso logré verme mejor por dentro y descubrí el valor de cada detalle”, afirma.
Poco tiempo después, fue curada sin que fuera necesario extirpar la mama. Como la enfermedad estaba avanzando, todo el equipo médico estaba sorprendido. “Hice un desafío con la ciencia, porque el tratamiento sería lento y yo no aceptaba que mi seno sea extirpado. Cuando los médicos abrieron mi seno, no encontraron nada.”
La misión
Aun cuando Kátia hacía el tratamiento espiritual en las Reuniones de Cura, comenzó a tener un nuevo estilo de vida, uniendo la fe a cambios de hábitos. Empezó a alimentarse mejor, a tener equilibrio emocional para lidiar con la situación y a buscar información sobre le enfermedad y los métodos de vida saludables. Su objetivo era compartir su experiencia con otras mujeres que luchan contra la enfermedad. “Todos esos cambios contribuyeron con mi auto regeneración. Entonces, quería hacer público que Dios me había regresado la vida con abundancia”, enfatiza.
Kátia comenzó a publicar en las redes sociales el programa Proyecto del Cuerpo, que consiste en información sobre la salud, superación y fe, basadas en su historia de vida. “Recibí el milagro por la fe. Entonces, es una misión de Dios trasmitirles esto a las personas.”
Rápidamente el proyecto creció y ella comenzó a dar conferencias, como la que ocurrió en el Hospital Pérola Byington, en San Pablo, en octubre de 2016, durante la campaña Octubre Rosa. “En las conferencias, transmito lo que la fe, aliada a los buenos hábitos, puede hacer por una mujer. Hablo de amor, del apoyo de la familia y de todo lo que es importante para una enferma de cáncer. Explico que si la persona hace un tratamiento serio espiritual no hay manera de que no funcione”, enfatiza.
Ahora, Katia está escribiendo un libro para dejar registrada su historia de superación e inspirar a otras mujeres. “La enfermedad me convirtió en una persona mejor, que quiere vivir. Yo quiero mostrar que la salud viene desde adentro hacia afuera. Mi belleza, por ejemplo, se volvió mucho más bella”, celebra.
Muchas personas hacen y reciben oraciones para tratar enfermedades incurables en las reuniones de cura y liberación en la Universal.
Las reuniones de cura se realizan los días martes a las 8, 10, 16 y 20h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070 o encuentre la dirección de la iglesia más cercana a usted ingresando aquí.
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