No hacerlo antes de completar el Desafío #14
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Desafío: Reconocer la disciplina del Todopoderoso y aceptarla.
Explicación: El hombre inteligente cree en Dios porque entiende que solamente una inteligencia mayor podría haber creado al ser humano y a todo el universo. Y esa Inteligencia Mayor quiere el bien de Su criatura, todavía más de lo que un padre humano quiere el bien para su hijo. Querer bien es amar, y quien ama disciplina. Yo reprendo y disciplino a los que amo. – Dijo Jesús. Y las Escrituras también dicen:
Feliz el hombre a quien Dios reprende; no rechaces la reprensión del Todopoderoso.
Jób 5:17
Su desafío esta semana es reconocer la disciplina de Dios en su vida. Si Él reprende a los que ama, entonces sólo existen tres opciones:
- Él ve sus errores y lo ha disciplinado, porque lo ama.
- Él lo ama, pero no lo ha disciplinado porque usted ha sido perfecto.
- Usted tiene errores pero no ha sido disciplinado por Dios, porque Él no ha encontrado la aceptación de su parte para disciplinarlo.
La segunda opción es imposible, entonces solo restan las otras dos.
La primera opción sucede con quien cree en Dios y normalmente busca vivir de la forma que Lo agrada. Cuando usted tiene a Dios como su Padre, Él lo va moldeando y corrigiendo a lo largo de la vida de varias formas. Y feliz es el hijo que es sensible a esa disciplina y la acepta. Sí, es necesario ser sensible a la disciplina de Dios, pues Él la usa de varias formas para corregirnos. Nos deja sufrir las consecuencias de nuestras elecciones, nos reprende cuando leemos u oímos Su Palabra, nos alerta a través de personas que Él escoge para apuntar nuestros errores, nos muestra lo que sucedió con otros que transitaron el camino de la desobediencia que estamos transitando, guía nuestros pensamientos para que evaluemos nuestras actitudes y veamos dónde necesitamos cambiar, nos deja pasar por desiertos y períodos difíciles para que oigamos mejor Su voz, y usa cualquier otra manera necesaria que llame nuestra atención. Por eso es necesario ser sensible para percibir la corrección de Dios – y obviamente aceptarla y cambiar nuestro comportamiento.
La segunda opción es la más preocupante. Es cuando usted, aun equivocándose, no logra ver la disciplina de Dios. Eso indica que usted probablemente ha vivido su vida independientemente de Él, indiferente a Él, sin la preocupación de agradarlo. Puede ser que existan buenas dosis de orgullo en usted, un sentido de bondad propia, o de sentimientos revoltosos en contra del propio Dios. Sea cual sea la razón, es que Dios no ha encontrado por dónde entrar para disciplinarlo, no porque Él no quiera o no pueda, sino porque respeta su decisión de vivir sin Él. La única esperanza aquí es que usted se humille, que vaya hasta Él en oración y Le pida que lo corrija. Tenga una actitud sincera y abierta para recibir la disciplina del Todopoderoso.
Usted debe posicionarse delante de esas dos opciones para saber cuál es su situación. Si es la primera, entonces perciba y reciba la disciplina de Dios. Si es la segunda, entonces humíllese y pida que comience a corregirlo.
Separe un tiempo esta semana para quedarse solo con Dios, sin distracciones, y piense en eso.
Cuaderno de Notas: Anote en su cuaderno dónde se ubica usted (primera o segunda opción) y lo que Dios le mostró durante su meditación en ese tema. Decida cómo va a cambiar usted como resultado de la disciplina venida de Él.
Socio Oficial: Converse con su Socio sobre este desafío. ¿Cuán sensible ha sido usted a la disciplina de Dios? ¿Ha sido un hijo obediente u obstinado? ¿Ha sido fácil oír la disciplina de Dios? ¿O no ha percibido ninguna corrección de Su parte?
Plazo: Este desafío puede ser iniciado inmediatamente, y concluido antes del Desafío#16, que será lanzado de aquí a una semana.
Postear: Después – y solamente después – de haber comenzado este Desafío, postee sus comentarios en el Facebook del IntelliMen (no en el suyo personal), con este encabezado:
Desafío IntelliMen #15 concluído: Sobre la disciplina de Dios, he pensado… (Añada sus pensamientos y conclusiones de este desafío.)