“Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar.”
(Mateo 11:28)
Sus traumas del pasado se han sumado a los problemas del presente. Esa carga pesada ha neutralizado sus fuerzas. Es como si usted estuviera atascado y completamente indefenso delante del mundo. Muchos se han rendido y se dejaron llevar por las corrientes de la vida. Otros, han pensado en la muerte.
Si ese es el cuadro de su vida y quiere una solución ahora, entonces haga eso también ahora: vaya al baño o a un lugar reservado, cierre la puerta, doble sus rodillas y hable bajito con Dios.
“Oh, Dios, reconozco que no merezco nada de Ti. Pero, Tú mismo dijiste: Vengan a Mí, todos los que están trabajados y cargados, y Yo los aliviaré. Yo he estado trabajado, cargado y necesito alivio ahora. Si Tú existes realmente y esa promesa vino de Tu boca, entonces, en el Nombre de Jesús, ¡¡¡respóndeme ahora!!!”
En seguida, no diga nada más. Apenas, espere solo un minuto por la respuesta. La Sombra del Altísimo envolverá su ser y cuando usted se levante, su vida nunca más será la misma. Acepte esta invitación, no importa lo que esté sucediendo a su alrededor. Lo que usted necesita es alivio en su alma. Y es exactamente eso lo que Él promete. Crea y absorba ese Espíritu.
Reciba el alivio inmediato.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo