La República de Gambia es uno de los menores países africanos, con solo 320 quilómetros de largo por menos de 50 de ancho, acompañando la margen inferior del río que le da nombre. La ex-colonia inglesa tiene a Banjul como capital. Su población es de apenas 1,7 millón de habitantes, predominantemente dependiente de actividades como agricultura y ganadería. La tasa de analfabetismo es alarmante: más del 50% del pueblo no lee ni escribe.
La IURD se vio frente a muchos obstáculos políticos y sociales, pero logró instalarse en Gambia, logrando llevar a aquel necesitado país, la Palabra. La sede de la Iglesia queda en la ciudad de Serekunda, con reuniones y evangelización diarias. Aunque la mayoría de la población gambiana sea musulmana, los cristianos son muy respetados, y el Evangelio continúa predicándose de mañana, tarde y noche, todos los días.
No son pocas las personas que llegan víctimas de la brujería, problemas en la familia, en la salud y varios otros causados por espíritus malignos. Pero esas vidas están siendo transformadas por la aceptación del Señor Jesús como Salvador, en una batalla constante.
“Marido de la noche”
Ivonne Nandagne es una comerciante de 26 años con una historia terrible. Antes de frecuentar la IURD, era atormentada diariamente por un espíritu maligno conocido como “marido de la noche”, que la poseía sexualmente en sus frecuentes pesadillas. En los mismos sueños, la joven llegó a tener “hijos” con el demonio que la perturbaba. Veía a esos niños siempre que soñaba y, según ella, los amamantaba. Llegaba a despertarse con dolor en las mamas.
Pero, la paz no llegaba con la luz del sol. Durante el día, Ivonne tenía fuertes dolores de cabeza, sensación de quemazón en los en los ojos y veía bultos. Su familia sufría mucho, pues no sabía cómo ayudarla. La muchacha comenzó a tener miedo de dormir sola.
Ella y sus familiares buscaban soluciones en vano, y los problemas sólo aumentaban. Por medio de la invitación de su hermana, que ya conocía el trabajo de la IURD, fue a una reunión de la iglesia. Con oraciones constantes y el acompañamiento de los pastores y obreros, Ivonne no sólo se vio libre del “marido de la noche” y sus crías infernales, sino que pasó a tener una vida próspera y armoniosa en familia. La expresión de la joven trasmite mucha serenidad, con una sonrisa siempre presente desde que comenzó a ser fiel, lo que ya hace 1 año y 5 meses. “Mi vida cambió mucho, hoy tengo paz, consigo dormir bien, no necesito la compañía de nadie para dormir, hoy tengo mi propio negocio, toda mi familia es de la iglesia; gracias a Dios y a la ayuda de los pastores, estamos bien y felices, siempre que enfrentamos un problema recurrimos al Dios que encontramos en la IURD.”