La práctica regular de ejercicios puede disminuir la frecuencia y la intensidad de la cefalea tensional y de la jaqueca
El gimnasio puede colaborar con la medicina cuando el tema es la calidad de vida de las personas y la prevención de dolores, como la cefalea, término clínico usado para diagnosticar los dolores de cabeza. Especialistas del área de la salud señalan que la práctica regular de actividad física tiene el poder de disminuir no solo la frecuencia de crisis, sino también su intensidad.
Eso sucede porque la liberación de neurohormonas, como la endorfina y la epinefrina, estaría vinculada a la disminución del dolor. Mientras, para los diferentes tipos de cefaleas están indicados ejercicios específicos. Saber cuál es la actividad a desarrollar puede ser clave para un cuerpo más saludable y libre de los temidos dolores de cabeza.
Dolor tensional y jaqueca
Los dolores de cabeza del tipo tensional (generalmente provocadas por estrés, tensión premenstrual, etc.) son las que mejor responden al fitness, sobre todo al aerobics, estimulados por el oxígeno en la producción de energía.
“Para los dolores de cabeza originados por el cambio hormonal, como el caso de la tensión premenstrual sugerimos actividades cardiovasculares intensas, como correr, spinning y circuitos. A su vez, para las originadas por el cambio en la dieta – muy común en procesos de adelgazamiento – las sesiones de musculación de alta intensidad son las más indicadas”, dice. Para los dolores provocados por el estrés, el profesor orienta a tomar clases que faciliten la relajación – pilates y elongación –, o cambiar del foco de atención, con las clases de baile.
La jaqueca es un tipo de dolor de origen genético y muy común en el universo femenino. La neuróloga Carla Jevoux, de la Sociedad Brasileña de Cefalea, explica que ese tipo de dolor no tiene cuidados específicos. Realizar actividades durante las crisis tiende a agravarla y hacerla más dolorosa. Mientras, una vida diaria más activa también tiende a hacer ese tipo de dolor de cabeza más débil y episódico.
“Los mecanismos por los cuales esos beneficios se producen aún no están totalmente claros, pero conllevan no solo la mejoría en la producción de endorfinas, sino también en el humor del paciente, en su autoestima y en la sensación de control sobre el dolor”, concluye la neuróloga.