Podría deberse a una respuesta anormal al estrés, según un nuevo estudio
El síndrome de alimentación nocturna, caracterizado por falta de apetito durante el día e insomnio y aumento del apetito por la noche, podría deberse a una respuesta anormal al estrés. “Las personas que comen durante la noche presentan un patrón diferente de liberación de hormonas como respuesta al estrés que las que comen normalmente”, la autora principal del estudio, Grethe S. Birketvedt, de la Universidad de Tromso, en Noruega.
Para investigar esto, Birketvedt y sus colegas estudiaron los patrones de secreción de hormonas del estrés en cinco mujeres que comían por la noche, y en un grupo de referencia de otras cinco mujeres sin el síndrome.
Las que comían durante la noche consumieron más de la mitad de su aporte diario de calorías después de las ocho de la noche y se despertaron al menos una vez para comer.
La investigación
Los estudiosos inyectaron a las mujeres 100 microgramos de corticoliberina, que se libera como respuesta al estrés y desencadena la secreción de otras hormonas del estrés.
En general, las que comían por la noche experimentaron un aumento ligero y gradual de las hormonas del estrés después de la inyección, seguido de una disminución paulatina.
Sus homólogas del grupo de referencia presentaron un aumento rápido y significativamente más elevado de las hormonas del estrés, seguido de una reducción gradual, escribieron los investigadores en la edición de febrero del American Journal of Physiology-Endocrinology and Metabolism.
El grupo de estudio se encontraba “exhausto”, explicó Birketvedt. Por ejemplo, las concentraciones de la hormona del estrés cortisol, al comienzo de la investigación fueron mayores que las observadas en el grupo de referencia.
Consejos de alimentación
“Si uno está estresado las 24 horas del día, no habrá una reacción a la inducción del estrés”, señaló Birketvedt.
En general, estos hallazgos indican que “la relación entre la glándula suprarrenal, el hipotálamo, donde se encuentra el centro del apetito, y la hipófisis, donde se producen muchas de las hormonas, está fuera de control”, añadió Birketvedt. “No es de extrañar que coman muy tarde y que se despierten durante la noche”.
La investigadora añadió que “con estos hallazgos podemos encontrar un tratamiento que restaure el reloj biológico y lo vuelva a la normalidad”.
Mientras tanto, las personas con el síndrome de alimentación nocturna “deberían pensar en lo que comen antes de irse a la cama”, señaló Birketvedt.
La investigadora les aconsejó que tomaran alimentos ricos en carbohidratos antes de irse a la cama, que evitaran las pastillas para dormir o los antidepresivos, y que tomaran melatonina alrededor de 30 minutos antes de dormir, para disminuir el riesgo de comer por la noche.