Este jueves, en la Terapia de la Familia, tuvimos la Bendición de los Padres sobre los Hijos.
¿Qué es lo más importante en una relación familiar, de amistad, de noviazgo o de trabajo?
Donde hay personas, siempre habrá conflictos, porque somos humanos y tenemos distintas formas de pensar y reaccionar. Es ahí cuando debemos poner en práctica la amabilidad y la comprensión.
mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce, pues yo soy el Señor que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco — declara el Señor. Jeremías 9:24
El motivo por el cual muchas relaciones no funcionan es porque no se esfuerzan en entender al otro. Dios también nos pide que lo entendamos a Él.
¿Cómo podemos entender al otro? Usando la razón y poniéndonos en el lugar de la otra persona. Esa es la mejor manera de comprender.
Jesús sabe lo que sentimos porque Él ya se puso en nuestro lugar. Conoce más que nadie lo que es ser tentado todo el tiempo.
Si queremos tener buenos resultados, debemos cambiar y empezar a hacer lo justo delante de Dios. Si observamos qué le estamos ofreciendo a la otra persona, veremos nuestras imperfecciones.
Dios permite que pasemos por situaciones desagradables y difíciles para que lo busquemos y reconozcamos que no somos perfectos.
Si nos dejamos llevar por la razón en lugar de las emociones, nuestra conciencia no nos va a acusar y podremos darle a Dios lo que Él nos pida.
Dios es Padre, y como Padre, lo que Él más quiere es bendecir a todos sus hijos. Es un gran privilegio que tenemos.
Y llamó Isaac a Jacob, lo bendijo y le ordenó, diciendo: No tomarás mujer de entre las hijas de Canaán. Levántate, ve a Padán-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre; y toma de allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre. Y el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique, para que llegues a ser multitud de pueblos. Y te dé también la bendición de Abraham, a ti y a tu descendencia contigo, para que tomes posesión de la tierra de tus peregrinaciones, la que Dios dio a Abraham. Génesis 28:1-4
Cuando los padres y las madres bendicen a sus hijos, les están dando la bendición de Dios, aunque no sigan ni crean en la Palabra.
Al convertirnos en padres, recibimos la autoridad de Dios para bendecir. Él quiere que nos multipliquemos para traer nuevas almas a la Tierra.