En las Sagradas Escrituras recibís orientaciones, dirección y aprendizajes del propio Dios. Mirá a continuación
La Biblia es un verdadero manual sobre cómo alcanzar el éxito. Allí, encontramos al propio Dios enseñándonos y ayudándonos a través de los hechos registrados.
A pesar de que nos separan miles de años, también aprendemos de situaciones de todo tipo y vemos la intervención de Dios en las vidas de hombres que tuvieron que enfrentar adversidades, desafíos y lidiar con sus propias fallas, como fue el caso de David.
Creé en Dios y en vos mismo
Cuando el profeta Samuel consagró a David para que fuera rey fue una sorpresa, ya que su familia no creía en él. Aun así, Dios siguió adelante con Su plan.
A través de este hecho aprendemos que ser elegido para un objetivo aun cuando muchas personas que no creen en vos hace que Dios Se encargue de honrarte para demostrar que Él sí cree. Entonces, si Él cree en vos, confiá, eso es suficiente para vencer.
Esperá el momento adecuado para hablar
David fue ungido para ser rey cuando aún era muy joven, aunque asumió el cargo recién a la edad de 30 años (2 Samuel 5:3). Él no salió de allí contándoles a todos lo que había pasado.
Aprendé a no hablar antes de tiempo, sabé esperar a que las cosas sucedan, también a esperar el momento y a las personas adecuadas. Y, especialmente, a hablar solo después de que se realice.
Un desafío más grande que el otro
Mientras cuidaba a las ovejas de su padre, David enfrentó a un león, a un oso y luego derrotó a Goliat. Un desafío más grande que el otro.
Dos cosas para entender y no olvidar: David no contaba con soldados para librar sus peleas, sino que las enfrentó a todas contando con la ayuda de Dios. La segunda lección importante es que las peleas no serán menores, al contrario, pero, al enfrentar cada una, el Altísimo nos preparará para cosas más grandes.
Es transformador ver caer los grandes problemas.
No guardes palabras negativas
En su caminata, David fue insultado, humillado y despreciado. Él y otros héroes de la fe eran humanos como nosotros: sujetos a las mismas debilidades y sufrimientos. La diferencia fue que prefirieron apegarse a lo que Dios les dijo.
Hay personas que guardan palabras de humillación y desprecio durante años, por eso fracasan. Aprendé a guardar la Palabra de Dios, cuando eso sucede, no queda lugar para palabras de muerte o de duda. Para los que son de la fe, la palabra negativa sirve como gasolina que se le echa al fuego, lo enciende aún más, nunca lo derriba. No importa lo que digan ni lo que piensen si sabés que fuiste elegido por Dios para vencer.
Lo que hay en tu interior es lo que hace la diferencia. Si estás siendo avergonzado, apegate a la Palabra y, en esa situación, Dios te dará doble honra, como lo cuenta en Isaías 61:7. La Palabra de Dios es el lugar indicado para aprender a que Él Se manifieste y a glorificar Su nombre.
Buscá la dirección Divina
No enfrentes tus batallas sin la dirección del Creador, ya que Él puede guiarte incluso en los más mínimos detalles.
Él te mostrará en quién confiar, a quién evitar, quién está en contra de tu objetivo.
David fue un hombre que dependió de Dios. Tuvo luchas, momentos difíciles, pero venció. Por eso, si tenés a Dios como aliado, también vas a vencer.
Participá
“Prosperidad con Dios” es una reunión que se realiza todos los lunes, en el Templo de los Milagros, ubicado en Av. Corrientes 4070, Almagro.
Durante todo el lunes contás con cinco horarios, a las 8, 10, 12, 16 o 20 h para aprender a desarrollar planes, proyectos y alcanzar objetivos.