Delante de los problemas que la vida moderna nos impone, siempre hay alguien que da consejos para ayudar a resolver las dificultades. ¿Quién ya no oyó que hacer tal ejercicio lo ayudará; que esa comida nos hará bien; que el remedio “X” tendrá un efecto milagroso? El hombre se preocupa por su cuerpo y, muchas veces, se olvida que para estar en equilibrio tiene que estar bien en su lado espiritual. Hay innumerables libros alardeando sobre el tema, sin embargo, solo uno es realmente eficaz: la Biblia. En ella es posible encontrar el camino para vivir bien, a través de la Palabra de Dios.
Un pequeño ejercicio, que trae grandes beneficios, es leer un pequeño pasaje de la Biblia cada día, pues allí es posible encontrar aliento e inspiración. Si el acto se vuelve un hábito, mejor aún, pues enriquece su vida, despejando las nubes que envuelven lo cotidiano. Otro efecto inmediato es el fortalecimiento de la fe y de la conexión espiritual con Dios.
El obispo Edir Macedo afirma que los que creen y se entregan, y se sacrifican por su creencia, por su compromiso, por su relación con Dios, obligatoriamente, reciben Sus milagros. “La Biblia enseña que la fe no tiene nada que ver con la emoción o con los sentimientos. Tiene que ver con la razón, con la inteligencia. En lo que se refiere a la fe, la relación, en vez de ser dirigida al ser humano, es dirigida a Dios, al Creador.”
Para finalizar, el obispo explica que la grandeza de Dios es tan suprema que, a través de la fe, este Dios Se materializa aquí en la Tierra a través de las inspiraciones. “La lectura de la Biblia ayuda en este sentido, pues nosotros trabajamos con ideas, con una visión de la grandeza de Dios, que es el Padre y, como todo padre, quiere lo mejor para sus hijos. Pero creer en Dios va más allá de un crédito. Hay un compromiso en asumir esa creencia para que sacrifiquemos y, a partir de entonces, Dios nos dé lo que pedimos. Dios inspira, pero nosotros tenemos que ejecutar.”
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