La acción llamada “Caravana del Rescate” que nació en Brasil, ahora conquista espacio en otros países. Y, en el mes de noviembre, fue el turno del continente europeo para rescatar miembros de la Iglesia Universal que se distanciaron de Dios.
Fue con ese objetivo que el obispo Sérgio Correa, responsable de los obreros en todo Brasil, desembarcó en la ciudad de Lisboa, para ministrar el culto en el Cenáculo principal, que quedó pequeño al recibir 2.500 personas. Mientras tanto, a la ciudad de Porto, asistieron 3 mil personas que escucharon atentamente la reunión, en la cual el obispo leyó el pasaje bíblico de Lucas 19:41: “Cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró por ella.” Y dijo: “¿Habrá mirado Dios su vida y llorado por todo lo que ha visto, el pecado? ¿Usted sabe si esta es su última reunión? ¿Y qué será de su alma? ¿A dónde irá?”
En Portugal, 250 personas se rindieron al llamado del obispo y aceptaron pasar por las aguas para sepultar la vida vieja y nacer de nuevo, como lo dice la Palabra de Dios.
En Francia, el rescate no fue diferente. Miles de personas estuvieron presentes en la reunión de edificación espiritual, cuando pudieron escuchar atentamente una palabra de fortalecimiento y buscar la renovación de la alianza con Dios.
Y para probar que para salvar vidas no existen barreras, en Londres, Inglaterra, el rescate continuó y 2.500 personas llenaron el Cenáculo del Espíritu Santo.
El arrepentimiento, el abandono del pecado, el bautismo en las aguas y la renovación formaron parte de esas reuniones por toda Europa, rescatando miles de vidas y marcando para siempre, a cada persona que regresó al camino de Dios.