La tecnología está golpeando la puerta de casa y vino con ganas de quedarse.
Desde un timbre de puerta con cámara integrada hasta las luces de la casa, pronto podremos controlar todo desde el celular. ¿Se imagina, por ejemplo, diciéndole “buen día” a su teléfono y que con ese comando las persianas se levanten, y se encienda la calefacción en el baño para que pueda bañarse en un ambiente agradable sin esperar? Las ventajas son ilimitadas. Podría abrir la puerta de forma remota, apagar las luces que quedaron encendidas sin salir de la cama y hasta establecer un patrón de encendido y apagado para cuando no está en casa, haciéndole creer a los demás que hay alguien adentro, con las ventajas de seguridad que eso implica.
Con los nuevos desarrollos, cada ambiente puede controlarse por separado, así como también tenemos la posibilidad de establecer una configuración conjunta de todo el hogar, aplicable en un determinado escenario. Por ejemplo, si salimos de casa, basta con seleccionar una opción para que todas las luces se apaguen, la puerta se cierre con llave e incluso comience a levantarse el portón del garaje para que podamos salir.
Si bien es una tecnología que se encuentra en desarrollo, tiene todavía algunos puntos débiles, como el costo y la disponibilidad del equipamiento. Por otro lado, ¿qué sucede si nos roban el teléfono en el que tenemos configurados todos los accesorios del hogar?
Faltan, creo, algunos años para que podamos ver en nuestro país un uso masivo de estos productos. Pero es bueno seguir su desarrollo y estar atentos a las nuevas aplicaciones que buscan hacernos la vida más sencilla.
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