La fe puede ser una verdadera aliada en tratamientos médicos y en la prevención de enfermedades. Quien lo dice es la ciencia. En la última década, cientos de estudios realizados en Brasil y en el exterior, buscaron explicar la relación entre la espiritualidad y la salud. La novedad, ahora, es que la Asociación Mundial de Psiquiatría (wpdbA, las siglas en ingles) también confirmó la importancia de esta espiritualidad para el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de problemas de salud.
La asociación identificó más de 3 mil estudios sobre el tema. Estos trabajos mostraron que la fe estimula las relaciones sociales del individuo y mejora la calidad de vida. Además de eso, puede ayudar en la prevención del suicidio y en la recuperación de personas que intentaron quitarse la vida. Por otro lado, la falta del lado espiritual o la visión fanática y distorsionada de la fe puede empeorar cuadros de depresión y aumentar la probabilidad de abuso de drogas y del desarrollo de trastornos mentales.
¿Cómo la fe actúa en la salud?
El médico psiquiatra Ricardo Frota explica que la fe proporciona bienestar mental, lo que ayuda a las personas a lidiar con las adversidades. “La fe refuerza el pensamiento positivo y la certeza de que podemos alcanzar algo. La fe y la espiritualidad ayudan a nuestro cerebro a tomar acciones positivas y eso le traerá cosas buenas. Pero no sirve tener fe si no existe una acción concreta. Muchas veces, la persona dice que tiene fe, pero no cree que realmente puede alcanzar algo “, analiza Frota, que también es coach y conferencista.
El pastor Alexandre Souza, que ministra las reuniones de la cura en la Universal de San Pablo, explica que la certeza es el secreto para que la fe funcione. “La fe es la convicción de hechos que nosotros no podemos ver. Una persona que tiene fe pasa a tener la certeza de que se hará nuevos exámenes, realizará el tratamiento médico, será curada, será libre.”
Él incluso afirma que la fe está dentro de todo ser humano. Sin embargo, debe ser despertada para que pueda actuar. “Dios sería injusto si le diera fe a algunos y a otros no. En nuestras reuniones, los martes, viernes y domingos, les enseñamos a las personas a manifestar la fe en la palabra de Dios”, dice Souza.
El psiquiatra Ricardo Frota destaca que la espiritualidad puede ayudar en la prevención de muchas enfermedades. “La mente somatiza síntomas para interpretar sentimientos que la personas guarda. Por lo tanto, el sufrimiento que comienza en la mente puede generar una enfermedad física. Tener fe y creer que se puede curar de una enfermedad, sea la que sea, hace que la mente de la persona pase a actuar en favor de ella”, afirma.
Fe en la casa y en el hospital
La enfermera Fernanda Luz Freitas, de 27 años, (Foto de al lado) cree que los pacientes que tienen fe se preocupan en mantener la salud porque saben que el cuerpo es la morada de Dios. “La fe también es de extrema importancia para aquellas personas que se encuentran con alguna enfermedad. En ese caso, ella sirve para impulsarla a hacer el tratamiento médico, pero, principalmente, creer en un Dios que realiza lo imposible. Es una inyección de ánimo que ayuda a los pacientes a luchar por la cura, cuando, muchas veces, el diagnóstico no es favorable.”
Fernanda cuenta que los pacientes que no poseen fe tienden a entregarse más fácilmente a la enfermedad y a abandonar los tratamientos. Por otro lado, las personas espirituales encuentran fuerzas en medio de las dificultades.
Ella misma ha utlizado la fe como aliada en el tratamiento de una enfermedad descubierta en septiembre. “Oré a Dios y, en una conversación muy sincera, dije: “Señor, yo sé que algo en mi salud no está bien. Muéstrame lo que tengo para que pueda tratarme”. Después de algunos exámenes, me dieron el diagnóstico de la enfermedad celíaca, o sea, intolerancia al gluten. “Mantengo el tratamiento del agua por la fe, pues creo en la cura, sin embrago he hecho mi parte. Cambié totalmente mi alimentación y nunca más necesité pasar por una sala de emergencias médicas”, cuenta.
Fe contra el cáncer
La profesora de artes plásticas Sônia Giovanninni da Silva, (foto de al lado) de 54 años, garantiza que la fe fue fundamental para que su hijo superara un cáncer. Nichólas da Silva Filippo Fernandes tenía tan solo 6 años cuando comenzó a tener convulsiones. El joven pasó por innumerables consultas médicas y diversos hospitales a lo largo de casi cuatro años, pero nadie descubría el problema.
La familia, que es de Guaratinguetá, en el interior de San Pablo, decidió entonces ir a la capital en búsqueda de ayuda. “Después de que mi hijo tuvo una convulsión muy fuerte, acompañé una oración hecha por un pastor de la Universal en la radio. Decidí correr con mi hijo a la Universal.” Luego de los exámenes, los especialistas constataron un tumor en la cabeza. Nichólas pasaría por una cirugía que duraría 13 horas. “Él corría el riesgo de perder la coordinación motora o quedarse en estado vegetativo. En aquel momento, lo que me quedaba era usar la fe”, dice.
La operación duró solo 3 horas. “Encontré al equipo médico y los médicos me dijeron que mi hijo estaba bien. Continuamos haciendo el seguimiento médico, pero mantuve mi fe.” Hoy, a los 26 años, Nichólas terminó los estudios y trabaja como vendedor.
Muchas personas hacen y reciben oraciones para tratar enfermedades incurables en las reuniones de la cura y liberación de la Universal. Las cadenas se realizan todos los martes en todas las Universal. Vea la dirección de una Universal cercana a su domicilio ingresando aquí.
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