Falafel, shawarma, sabich, hummus e shakshuka. Los nombres parecen extraños y no son familiares a nuestro idioma, porque en realidad esos son los nombres de comidas populares en las calles de Israel. La mayoría de las veces, es esa la comida que el israelí come cuando no tiene tiempo para detenerse y alimentarse decentemente, pero también ingresaron a la cultura popular del pequeño país de Oriente Medio. Conozca un poco más de cada una de ellas:
Vamos a comenzar por el hummus, que ya figura en el menú de muchos restaurantes en Brasil. Se trata de una pasta de garbanzos mezclada con tahini, una pasta de sésamo. Lo que la diferencia es la manera en que es condimentado: se forma un hueco en el centro donde se coloca bastante aceite, después se le agrega la paprika, zaatar (mezcla de especias) y pimienta negra. Además de colorido, es un plato bastante nutritivo.
Falafel son pequeñas croquetas de garbanzo fritas, generalmente se sirve como un sandwich con pan de pita. Se prepara con humus, tahini, batata frita y saladas según la preferencia del cliente. Un consejo: experimente con amba, una conserva preparada a base de manga, cúrcuma y mostaza de la India, que le da un toque especial al sandwich.
El sabich, es una variedad de falafel, sin embargo, en lugar de las bolitas de garbanzo se coloca berenjena frita, además de un huevo entero cocido, hummus y ensaladas.
El shawarma es parecido al churrasco griego, solo que la carne que rellena el sandwich de pita generalmente es de carnero. Se le agrega ensalada de lechuga, tomate, pepino, picles, papa frita y hummus.
La shakshuka, además de ser fácilmente encontrada en restaurantes, es una comida casera. Se trata de huevos cocidos directamente en la salsa de tomate, pimienta, pimentón, cebolla, ajo, cebolla verde y demás condimentos. El sabor es fuerte. Puede acompañarse con arroz.
La comida en Israel es siempre muy condimentada, lo que es típico en regiones desérticas, donde es necesario estimular las ganas de tomar agua para que la persona no se deshidrate. Mientras tanto, basta pedir ló charif, para que a la comida no sea picante, y, ¡ buen apetito!