La pandemia del coronavirus desestabilizó, en varias cuestiones, a las familias. De un momento a otro, la rutina de los padres cambió considerablemente.
El encierro, el miedo y la incertidumbre pueden generar estrés en los integrantes del grupo familiar. Pese a esto, los niños necesitan que sus padres estén bien. De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría (AAP), los progenitores son la fuente de seguridad de sus hijos pequeños. Por lo tanto, además de la protección física, los niños necesitan sentirse emocionalmente seguros.
Mantener la calma y una postura optimista son conductas adecuadas para proporcionar un ambiente agradable dentro del hogar. No obstante, los padres no deben permitir que la cuarentena sea una excusa para la indisciplina: si se establecen límites, pero no se efectúan, la probabilidad de que los resultados sean negativos es muy alta. Esta conducta “puede confundir al niño, y aún peor, puede crear falta de respeto hacia el padre”, explica el Dr. Tomas Silver.
Es fundamental, aconsejan los expertos, que se establezca una rutina y se respeten los horarios. Por ejemplo, la hora de irse a dormir, de levantarse, de desayunar, de estudiar, de jugar, entre otros. Una vida más organizada cooperará para que los hijos manejen sus emociones y sus conductas.
La paternidad no es fácil, sin embargo, los padres deben buscar mantener el equilibrio entre la disciplina y el afecto. Si el peso de la balanza prepondera hacia uno de los dos extremos, seguramente, surgirán problemas en la crianza de los hijos.
Si usted tiene problemas en su familia y necesita una orientación, acérquese a la Universal más cerca suyo o llámenos al (011) 5252 4070.