Muchas personas no sufrirían tanto si evitaran tomar malas decisiones. Sin embargo, la curiosidad por lo equivocado les resulta más atractivo que una vida ordenada y disciplinada.
El diablo sabe lo mucho que el ser humano es atraído fácilmente por lo que está mal, por ese motivo, le hace pensar que no habrá consecuencias negativas para sus pecados. ¿No fue eso lo que él hizo con Eva?
El historial de las acciones del diablo
La curiosidad por lo prohibido se remonta al principio de la humanidad, cuando el diablo, de manera astuta, le hizo una pregunta Eva:
“… ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” Génesis 3:1
Satanás sabía que Dios no había dicho eso. Sin embargo, la interrogó, porque a través de su repuesta distorsionaría las palabras que el Señor les había dado.
“Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis...” Génesis 3:2-4
La estrategia del diablo funcionó en el momento exacto en que le sembró la semilla de la curiosidad a Eva. Como el plan le resultó, entonces no tuvo motivos para dejar de intentarlo con toda la humanidad y, de esta manera, la historia del Génesis se repite una y otra vez en la vida de muchas personas que, incentivadas a experimentar nuevas emociones, recurren al pecado.
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría…” Génesis 3:6
El diablo disfraza lo malo en algo atrayente a los sentidos humanos para que las personas ignoren las terribles consecuencias de sus errores, y la mejor manera que tiene para difundir su plan es a través de las malas influencias.
“… y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” Génesis 3:6
¡Vigile!
Satanás lo estudia para saber cuáles son sus inclinaciones carnales y, así como lo hizo con Eva, elaborará un plan para conquistarlo. Por eso, vigile constantemente y sacrifique sus voluntades para no ser el próximo en caer en sus trampas.