La peor cosa que puede surgir en la vida del ser humano es la duda. Cuando una persona tiene dudas, está desorientada, perdida, preocupada, ansiosa y sobretodo tiene miedo. Tiene miedo de perder y de tomar una decisión equivocada, lo que seguramente terminará ocurriendo.
La duda es la madre de la desgracia humana porque hace que la persona se destruya a sí misma, hace que las personas tomen decisiones equivocadas. Si sus decisiones son malas, es porque son tomadas por la duda.
El Espíritu Santo es el Espíritu de la fe, es el Espíritu del Altar. El Espíritu de la fe es el que remueve las dudas y hace a la persona creer en lo imposible. Es él quien hace creer que lo que no iba a pasar, pasará. Es este Espíritu que le hace saber que no hay nada en este mundo que le pueda impedir tomar posesión de lo que Dios prometió.
Como el propio Señor Jesús dice: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré…”. Está claro que ese todo que pide no va a ocurrir automáticamente.
Dios trabaja de acuerdo con Su voluntad y nosotros Sus hijos que tenemos Su Espíritu, nunca pedimos algo que no está de acuerdo con Su voluntad.
Si la gente pide: “Señor quiero esto, pero que sea hecho según Tu voluntad…”, entonces eso que pidió, va a suceder. Puede demorarse un mes, dos meses, no importa el tiempo, lo importante es que aquello va a venir.
La fe es el poder que opera, es el Espíritu de la fe, que es el Espíritu Santo. Porque el Espíritu Santo es quien coloca en nosotros tanto el querer como el realizar. Todo es posible para aquel que tiene fe, para aquel que está en el Espíritu de la fe, que es el Espíritu Santo.
Para Dios no existen personas pobres, blancas, negras, para Dios no hay dificultades. Todos los que reciben el Espíritu de la fe están aptos para tomar posesión de lo que Él prometió. Pero no podemos olvidar que todo lo que nosotros pedimos tiene que ser de acuerdo con la voluntad de Dios. Si nosotros pedimos alguna cosa a Dios de acuerdo con nuestra voluntad, puede llegar a suceder, por la fe, pero no todo lo que conquista la gente es voluntad de Dios.
Yo tengo certeza: Cuando usted ora de acuerdo con la voluntad de Dios, entonces todo lo que conquiste va a ser para su beneficio.
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