Leé y descubrí cómo recibir el entendimiento que viene de Dios
«Y si todavía nuestro Evangelio está velado, para los que se pierden está velado, en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del Evangelio de la Gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.» 2 Corintios 4:3-4
La carencia de entendimiento es uno de los factores cruciales en el retroceso de la humanidad. Cuando hay falta de conocimiento de la Palabra de Dios, consecuentemente, hay dependencia en su propia intuición, es decir, en su corazón, el responsable por toda suerte de corrupción y engaño que hay en el mundo, leé Jeremías 17:9. Y una vida basada en sentimientos inconsistentes no puede resultar en otra cosa sino en el desequilibrio, causado por el espíritu del engaño.
Satanás no controla el universo, porque solo Dios es soberano sobre Su creación. Sin embargo, el diablo trabaja incansablemente para adoctrinar al ser humano con sus ideas, con el fin de provocar aún más sufrimiento en este mundo. Los que ceden a sus engaños y a sus intenciones comienzan a vivir bajo su trono, un dominio de crueldad e influencia.
Lo que necesitás saber:
«Y reposará sobre Él el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor.» Isaías 11:2
Solo el Espíritu Santo puede abrir y guiar el entendimiento humano hacia la Palabra de Dios. Los que Lo reciben poseen la mente de Cristo, la mente del propio Dios y son capacitados para cumplir su voluntad y permanecer en la fe hasta el fin. Con esto, además de una vida plena y abundante, los que son dirigidos por la fe inteligente aun garantizan su futuro en la eternidad, ¿hay algo mejor?
El que puede recibirlo
«Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva”. Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir…» Juan 7:37-39
El que verdaderamente tiene sed de conocer a Dios y tomar posesión de Su entendimiento, primero debe dirigirse a Él con sinceridad y humildad. Al actuar de esta manera, pronto tendrá su sed saciada, y aún más, ríos de agua viva correrán de su interior, de forma que la imagen del Altísimo resplandecerá en su vida.