LA Fe inteligente SACRIFICA POR LO ETERNO Y PERMANECE HASTA EL FIN
Hay quienes tienen fe para tomar posesión de las bendiciones del Altísimo, pero hay quienes tienen fe para sacrificar por lo que es eterno y, entonces, tomar posesión del Reino de Dios en este mundo.
Además de esta diferencia abismal entre estos dos grupos de personas, las formas como se comportan frente a los obstáculos también son distintas: un grupo actúa según las circunstancias y se deja abatir por el tiempo y los problemas, mientras que el otro mantiene su confianza en Jesús y permanece hasta el fin, tal como orientan las Escrituras en Habacuc 2:3:
“… Aunque tarde, espérala; porque ciertamente vendrá, no tardará”. Habacuc 2:3
Esta es la descripción de la fe inteligente, racional y sobrenatural, concedida por el propio Espíritu Santo, y nadie necesita merecerla para tenerla, basta con creer.
A pesar de eso, lamentablemente, muchos todavía no comprenden el valor de la fe que nos capacita para vencer las miserias de la vida y que nos dirige hacia el Reino de Dios.
Por eso, insisten en priorizar la fe natural en lo que es inútil y pasajero. Tal vez vos, lector, estés entre las personas que no reconocen en sí mismas la fe inteligente y que, a veces, sucumben debido a las dificultades. Sin embargo, es posible revertir esa situación.
Como se explicó al inicio, la fe inteligente que nace en el ser humano proviene del Espíritu Santo y, cuando eso ocurre, nada puede impedirle llegar hasta el Señor Jesús, a Su Reino y, en consecuencia, a Sus Bendiciones.
Pero este es un poder personal alcanzado por los que están dispuestos a renunciar a su “yo”. Es necesario pagar el precio. ¿Cuántas personas, ante un problema, disponen de todos sus recursos para resolverlo?
¿Y vos? ¿Cuánto estás dispuesto a sacrificar para recibir el Espíritu del Reino de Dios, el Espíritu de la fe inteligente?