Hace mucho tiempo que ya se estudia la influencia de la espiritualidad en la salud, pero parece que ahora el tema ha adquirido una mayor atención por parte de la comunidad científica. Durante la 33° edición del Congreso Brasileño de Psiquiatría, a principios de noviembre del año pasado, en Florianópolis, la Asociación Mundial de Psiquiatría (wpdbA, su sigla en inglés) admitió la relevancia de la espiritualidad en el enfrentamiento de problemas de salud. Solo sobre el tema, la wpdbA ya ha identificado más de 3 mil estudios, que, además de haber demostrado la mejora en la calidad de vida y en el estatus social del individuo, revelan cómo la espiritualidad actúa en la prevención del suicidio, por ejemplo, visto que el cuidado y la valoración del cuerpo como un bien Divino, son orientaciones dadas en muchas religiones.
Usando la fuerza de la fe
Para el obispo Macedo, eso no es una cuestión religiosa, sino de fe. “Cuando digo fe, obviamente, no quiero decir religión. Fe es certeza. La convicción que nos fortalece. No importa si usted se siente débil. No espere sentirse fuerte, decida ser fuerte, apoyándose en esa fe”, destaca.
Y esto fue lo que hizo la empresaria mexicana Maribel García, de 39 años. Ella cuenta que desde pequeña comenzó a presentar las primeras señales de trastorno bipolar. “Desde la infancia mi comportamiento en casa pasaba de ser alegre a triste rápidamente, de dos grandes sueños a una constante decepción, por eso, entre fantasías y mentiras, estaba generando en mí misma conceptos de familia, vida y libertad equivocados”, recuerda.
En la adolescencia surgió la depresión. “Frustración, falta de objetivos, falta de dinero y problemas familiares influyeron para que me desencantara gradualmente de la vida. Comencé a consumir alcohol y drogas.” Maribel cuenta que se entregó al desánimo. Llegaba a pasar hasta 5 días sin bañarse, lloraba constantemente, postergó proyectos como la facultad, se rebeló contra sus padres, era agresiva con sus familiares y amigos, intentó suicidarse a los 15, después a los 21 años de edad y, 2 veces sufrió una sobredosis por el consumo de cocaína (foto arriba en el momento en el que estaba enferma).
Ella llegó a buscar a un psicólogo, que la derivó a un psiquiatra, pero se negó a hacer el tratamiento, porque no quería dejar las drogas y sabía que el consumo simultáneo con la medicación recetada podría ser fatal.
“La bipolaridad me hacía pensar que yo no era suficiente y que no lograría nada en la vida. Desperdicié muchas oportunidades debido a los conflictos que existían dentro de mí”, recuerda.
Hasta que, después de aceptar la invitación de familiares de ir a la Universal, ella comenzó a comprender el poder de la fe para superar esos problemas que la asolaron durante tanto tiempo. Una de las armas que utilizó fue la oración. “Aprendí que la oración es un arma muy poderosa y la utilicé para desahogarme, eliminar sentimientos, malos pensamientos, miedos, tristezas y estrés.” La fe curó la mente de Maribel.
Antes y después de la fe
Hoy, hace 10 años que está curada de la bipolaridad y de la depresión (foto al lado), Maribel está llena de vida y de perspectivas. “Mi vida hoy es muy diferente a lo que era antes. Ahora soy una mujer llena de amor, alegría y paz interior.”
Como resultado del uso de la fe y de la libertad que alcanzó, ella se graduó en derecho, ocupó altos cargos ejecutivos en instituciones financieras y, ahora, se independiza profesionalmente comenzando un negocio en la industria de la belleza. Además, ella participa de un programa de televisión en México y es voluntaria del proyecto Rahab en el país, brindando asesoramiento jurídico y orientación a mujeres que sufren violencia doméstica.
Así como Maribel, usted también puede sacar provecho de esa fe que está ahí dentro de usted. Todos los días, en la Universal, se realizan reuniones cuyo único objetivo es enseñar los beneficios de la práctica de una fe inteligente, participe. Encuentre las direcciones aquí.
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