«… ella, muy angustiada, oraba al Señor y lloraba amargamente. E hizo voto y dijo: Oh Señor de los ejércitos, si Tú te dignas mirar la aflicción de Tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de Tu sierva, sino que das un hijo a Tu sierva, yo lo dedicaré al Señor por todos los días de su vida y nunca pasará navaja sobre su cabeza.» 1 Samuel 1:10-11