Buen día obispo:
Eso sucedió conmigo cuando llegué a la Iglesia Universal. Mi matrimonio se había terminado debido a la traición de mi marido. Pensé que nunca lo iba a perdonar, volver a él jamás. Pero entonces llegué hasta el Señor Jesús, así, insatisfecha, sin fuerzas para luchar y sin coraje. Fui oyendo sobre el perdón, parecía que solo hablaba conmigo. Yo decía: “No, no fui yo la que se equivocó”, pero era el corazón el que me lo decía, y yo no sabía que él me hacía mal. Finalmente, lo había escuchado toda la vida.
Pero yo seguí obispo, aun doliéndome mucho, comencé a orar. El de él era el último nombre que yo recordaba en mis oraciones, hasta que llegó el día en que volvimos a hablar y yo dejé todo el resentimiento, pues pedí perdón y logré perdonarlo, y a mí también. El perdón fue el marco en mi cambio. Todo fluyó de forma que yo sé que fue Dios que me cambió y me ha moldeado hasta hoy. Despreciar al corazón ha sido mi práctica diaria en este “Ayuno de Daniel”, porque quiero ser mejor para Dios, y el corazón no es más fuerte que la razón.
Luciana – Rio de Janeiro
Este comentario fue leído por el obispo Edir Macedo durante la palabra amiga de este jueves 10 en la programación de la TV Universal y la Red Aleluya de radio. El obispo explicó que cuando una persona obedece a los sentimientos que provienen del corazón, las decisiones siempre son equivocadas y conducen al sufrimiento.
“El corazón ha traído muchos sufrimientos a la humanidad. Cuando nacemos tenemos un corazón carnal, un corazón cuya naturaleza es mala, y por mejor que sea la educación que recibamos o que le demos a nuestros hijos, el corazón siempre será el enemigo, durante toda la vida. El es el responsable por los sentimientos, por las decisiones equivocadas que tomamos. Y obviamente, mientras que no sea cambiado por el nuevo corazón de Dios, las personas sufrirán.
Ese corazón contribuye con el mal y se convierte en el enemigo número 1 de Dios, por eso es que la humanidad está perdida, por eso vemos tantos sinsabores, muertes, asesinatos, tantas cosas que no deberían suceder. Todo empieza en el corazón, Jesús dice que de él provienen la prostitución, los adulterios, las muertes, todo lo que no sirve viene del sentimiento.
Pero cuando la persona recibe el bautismo con el Espíritu Santo, el corazón cambia completamente, ella ya no tiene que hacer esfuerzo para perdonar, pues su corazón se hizo divino”, dijo el obispo.
“¡Mi corazón, mi corazón! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita dentro de mí; no callaré; porque sonido de trompeta has oído, oh alma mía, pregón de guerra.” Jeremías 4:19