La señora Lucelaine Araujo recibió a las mujeres señalando la importancia del mensaje que iban a recibir:
“Vamos a poner atención en lo que el obispo Macedo va a hablar porque es un privilegio, olvídese de todo porque Dios va a hablar con nosotras”. Después de realizar la primera oración, dio comienzo al mensaje tan esperado del obispo Macedo: “Abra su Biblia en Proverbios 14:1, dice así ‘La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba’. Usted ya debe estar acostumbrada a escuchar sobre esto, pero infelizmente hay muchas que no entienden lo que significa. Vamos a intentar enseñarles cuál es esa sabiduría. Dios no habla del hombre habla de la mujer sabia, la casa de la que habla incluye a su matrimonio y a su familia. A pesar de ser considerada débil, es sobre esa debilidad que la mujer construye.
La mujer de la actualidad dejó de ser esa figura que administraba su hogar cuando entró en el mercado de trabajo. Ella dejó de cuidar su casa, a sus hijos y a su marido. La mujer exitosa no va a ser sumisa a un hombre menos exitoso que ella.
Si va a construir una casa, debe hacerlo en la roca, que es lo que sustenta la construcción. Si usted es sabia, usa la cabeza y deja de lado las emociones. Si es soltera, va a buscar un marido que sea realmente temeroso de Dios. La construcción es suya y depende de su relación con Dios. Ese hombre va a parecerse a su padre, porque la mujer suele buscar a alguien como su padre. Y usted mujer debe ser la figura de una madre para él.
Cuando cuida a su marido lo está atrayendo hacia usted, usted no tiene idea de lo importante que eso es, la Biblia dice “la mujer sabia edifica su casa…” porque es la madre, es la que da amor, atiende a su familia, les da seguridad, ella es la que cuida. Si usted es sabia, es poderosa.
No estoy hablando de que no tienen que salir a trabajar, estoy hablando de edificación de un hogar, porque yo tengo un matrimonio de 45 años. Yo sé que estoy hablando con mujeres modernas, que estos valores parecen de otra época, pero la Palabra de Dios es tradicional. Si quiere tener una familia, tiene que basar su vida en la Palabra de Dios. Todo hombre quiere una esposa que sustituya a su madre. Si usted es una mujer exitosa, sea sumisa a su marido para no perderlo.
Hay una profecía en Isaías 4:1 que dice lo siguiente: “Echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio.”, y eso está sucediendo. Hay una sola manera de hallar marido, el Altar. A quien sirve al Altar, el Altar le suplirá sus necesidades. La felicidad de cada una de ustedes es nuestra felicidad. Después de su relación con Dios, lo más importante es su relación con su marido, él tiene que ser su padre y usted su madre. No oiga la voz del corazón porque es la voz del infierno, oiga la fe que es la voz de Dios. No depende de mí, necesita ser sabia para edificar su casa”.
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